historia del lsd

do que nunca podría dejarlos. Muy pronto abandoné
toda pretensión de conservar el control, por
lo que me quedé quieto según la multitud iba
invadiendo la nave. y de repente me di cuenta de
que no solamente todo el mundo, sino todas las
cosas estaban a bordo conmigo. Todos estábamos
juntos y todos estábamos a salvo. Todos y todas
las cosas estaban en el barco; la tormenta también
estaba en el barco y el barco estaba en el
barco... , y no había nada más.»
Según la información que hemos extractado de
dos relatos que nos ha facilitado una paciente, ha
quedado demostrada la naturaleza tan variable
de las experiencias realizadas con el LSD. En la
primera ocasión se desarrolló únicamente sobre
asuntos de carácter externo. La segunda vez la
experiencia iba dirigida a problemas internos y
personales.
La primera experiencia se llevó a cabo en un
ambiente agradable y tranquilizador y en compañía
de amigos suyos, que participaban de su mismo
interés por el arte, la filosofía, la historia y la
religión. Muchos años de meditación habían sido
la preparación más adecuada para este día.
«A los tres cuartos de hora de haber dado comienzo
la experiencia, repentinamente noté cómo
mi estado consciente era distinto. Nada había
cambiado de manera definitiva, pero la habitación,
súbitamente, se había transfigurado. Todos
los objetos se hallaban suspendidos en el espacio,
lo que resultaba sorprendente, y tenían un aspecto
luminoso. Yo me daba cuenta perfectamente
del espacio que separaba los objetos entre
sí, y este espacio era cristal, puro y vibrante.
»Todo era hermoso y todo estaba bien. Cada
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