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historia del lsd

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guerra, la espada, la lanza, el fusil y el fuego, todos<br />

son inventos dedicados a la destrucción, que<br />

aceptamos con toda naturalidad. Igualmente consideramos<br />

como armas para nuestra legítima defensa<br />

en tiempo de guerra, invenciones tan destructivas<br />

como los modernos proyectiles, tanques,<br />

bombas y lanzallamas. Todos estos artefactos son<br />

de acción directa y «visible», pero existe un segundo<br />

tipo de armamento, igualmente mortífero,<br />

pero que provoca más nuestro desagrado y r~<br />

pulsa, y ello se debe a que su acción es «indireota<br />

e invisible». Como ejemplo número uno citaremos<br />

la radiactividad. Fueron muchas lasvíctimas<br />

causadas por la explosión y las llamas de<br />

la bomba atómica; y, sin embargo, toda la indignación<br />

y la protesta <strong>del</strong> mundo entero se dirigió<br />

contra los efectos de la radiactividad. La reacción<br />

<strong>del</strong> género humano contra la guerra bacteriológica<br />

y de gas son una muestra más <strong>del</strong> aborrecimiento<br />

que produce en el hombre los distintos<br />

métodos invisibles e insidiosos de que puede<br />

ser víctima. La guerra psico-química entra en<br />

esta categoría y debemos admitir que por lo que<br />

se refiere al LSD, todavía no hemos descubierto<br />

una forma misericordiosa y no mortífera de aplicar<br />

esta droga en una futura guerra.<br />

Desgraciadamente, las naciones más prominentes<br />

y algunas de las que no lo son tanto, están haciendo<br />

acopio de grandes «stocks» de agentes<br />

psicoquímicos por miedo de lo que el enemigo<br />

pueda a su vez tener en reserva. Estos agentes<br />

serán las armas más difíciles de controlar que<br />

hasta ahora haya conocido la humanidad, en caso<br />

de que alguna vez se llegase al acuerdo de proceder<br />

a un desarme general. Mientras este momento<br />

llega o no llega, debemos reconocerlos como<br />

lo que son, armas para la guerra que, quiérase<br />

o no, llevan la muerte en ellas.<br />

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