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ZONAS URbANAS
Chile y su medio ambiente / GEO Juvenil Chile 115
La centralización de las principales actividades industriales, económicas y administrativas
del país, fenómeno en constante aumento desde principios del siglo XIX, ha causado que
más de 40% de los habitantes de todo el país vivan en la Zona Central, en especial en
el Área Metropolitana de Santiago, porcentaje que sigue en aumento, pues la migración
hacia la capital no se detiene y es de esperar que así se mantenga.
Esta veloz expansión urbana ha generado una enorme demanda de servicios energéticos,
sanitarios, inmobiliarios y, por supuest,o todo lo que implica satisfacer las necesidades
de la enorme población.
También se genera una enorme presión sobre los territorios adyacentes a la ciudad, los
que han tenido que cambiar el uso de su suelo, destinado principalmente a la agricultura,
por terrenos urbanos construidos, con todas las consecuencias negativas que ello conlleva
(exclusión social, pobreza, contaminación, delincuencia, ruidos y basuras domiciliarias,
por sólo nombrar algunas). La capacidad de carga de los territorios se ve sobrepasada y
vemos constantes colapsos que dejan enormes daños en los ecosistemas, de los cuales
dependemos todas las especies habitantes del planeta
Entre 1986 y 1997, la ciudad de Santiago, al expandirse, cubrió cerca de 6.700 hectáreas
de áreas rurales. Sólo en la provincia de Santiago, más las comunas de Puente Alto y San
Bernardo, existen más de cinco millones de habitantes. Sin embargo, se ha reducido la
densidad urbana desde cerca de 111 habitantes por hectárea en 1982, a 97 en 1992 y
cerca de 80 habitantes por hectárea en 2000 (CONAMA 2006-D). La urbanización de baja
densidad influye en la pérdida acelerada de suelos y biomasa, lo que causa también una
pérdida de servicios ambientales, como protección de inundaciones u oxigenación de la
cuenca por la respiración de la cubierta vegetal (CONAMA 2006-E).
Otro problema muy importante en la ciudad es el de la contaminación acústica. Alrededor de
80% de la población de Santiago está expuesta en algún grado a la pérdida de audición provocada
por la exposición a altos niveles de ruido, mientras un 70% de la población experimenta serias
molestias que interfieren en el sueño, producto de ruidos que exceden los 65 dB.
Contaminación acústica en el barrio Bellavista. El ruido tiene un carácter indeseado y molesto,
cualidades que hacen a las personas particularmente sensibles a las molestias que provoca.
La contaminación acústica no es causa directamente de males inmediatos severos, salvo en
casos extremos, como explosiones o ruidos de gran potencia. Sin embargo, el deterioro de
la salud mental de la población y el progresivo aumento de enfermedades de tipo nervioso,
convierten al ruido en un foco principal responsable de la contaminación ambiental.
El barrio Bellavista tiene una gran cantidad de contaminación acústica, puesto que posee
muchos servicios no turísticos (como pubs y discotecas), a lo que se suma la gran cantidad
de gente que transita en este lugar. Sin embargo, no nos damos cuenta de lo que este tipo
de contaminación nos produce, o que nos altera la concentración, la productividad laboral e
intelectual, el descanso y, en altas dosis, produce lesiones auditivas irreparables.
Sin duda el incremento del ruido se produce en la noche, ya que es donde todos los lugares
nocturnos del barrio se abren al público. La gran cantidad de discotecas y pubs, uno al lado
del otro, provoca que la música que emite cada lugar se junte provocando un ruido que en
muchas ocasiones es molesto para los visitantes.
El día que recorrimos el barrio nos vimos expuestas a una contaminación acústica bastante
singular: el ruido que la misma gente produce .Al haber gran cantidad de gente en un lugar,
inconscientemente se genera un ruido constante; y si en este lugar prevalecen los ruidos de
diversión de las máquinas, el volumen aumenta considerablemente.
María Fernanda Arancibia, Roxana Calderón, Universidad de Valparaíso