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134 Chile y su medio ambiente / GEO Juvenil Chile
y las resoluciones de esta comisión fueron escuchadas a medias. Sus integrantes enviaron
al Congreso Nacional una ley de reemplazo a la LOCE llamada LGE (Ley General de
Educación), la cual fue rechazada por la amplia mayoría de la ciudadanía, los estudiantes
y profesores, pues no cambiaba en nada sustantivo los fines de lucro en la educación
chilena.
En la medición internacional TIMMS (Estudio Internacional de Tendencias en Matemática y
Ciencias) de 2003, “nuestros alumnos se encuentran en el lugar 39° entre sus pares de 49
países. En matemáticas, el 59% de nuestros alumnos obtuvo un puntaje de logro más bajo
que el promedio. Además, se detectó importantes carencias en las áreas de geometría y
física, para matemáticas y ciencias (química) 45 ” (Educalibre 2004).
El resultado es similar en la prueba PISA (Programme for International Student Assesment)
2006. Chile destaca a nivel latinoamericano, pero está lejos de acercase a los rendimientos
de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico). 46
Por otra parte, las universidades han perdido su rol de integración social y se han
convertido en reproductoras de los criterios de mercado, entregando una formación
profesional de cuestionable calidad a cambio de los altos aranceles ya mencionados.
En tal contexto, es fundamental realizar serias reformas en materia de educación,
entendiendo que ésta es un bien público esencial para el desarrollo de los países, por
lo que es un deber asegurar la calidad para todos y todas. 47 De otra manera, estamos
reproduciendo un modelo que es perversamente injusto y desigual.
En cuanto a la educación ambiental, Chile tiene una incipiente actividad promovida
desde el nivel central del gobierno, donde se aborda esta temática muy tímidamente.
Y aunque existen documentos oficiales donde se muestra la intención de una política
poderosa en la materia, la práctica demuestra lo contrario.
En el documento “Política Nacional de Educación para el Desarrollo Sustentable” (CONAMA
2006), se afirma que “en las actuales circunstancias históricas y sociales, la acción
educativa debe ser entendida como una pedagogía para la transformación cultural hacia
sociedades sustentables. Tal objetivo obliga a la educación a replantearse y trabajar en
función de la democratización del saber ambiental, la construcción colectiva de una
ética de la acción humana que promueva la formación de individuos y comunidades
participativos, solidarios y empoderados, capaces de actuar para construir sus futuros
basados en sus maneras, capacidades, sueños y particularidades culturales”.
A partir de lo expuesto anteriormente, se subentiende que los educadores, los estudiantes
y el gobierno tienen interés por fomentar la educación ambiental en nuestras aulas. Sin
embargo, aunque se integró como eje transversal de la malla curricular, no hay forma de
obligar a los establecimientos escolares a cumplir con esta norma, ni tampoco evaluar la
forma en que la información es entregada.
Los planes de estudios escolares necesitan fomentar las iniciativas ambientales y
profundizar la calidad en la entrega de información. A la vez, es importante promover
la participación de las empresas y agrupaciones sociales en la certificación y en la
45 Los últimos resultados disponibles de la Prueba TIMMS corresponden al año 2003. Cabe señalar que en 2007
muchos países la rindieron, pero Chile no participó en esta medición. Más información en http://nces.
ed.gov/timss/results03.asp
46 Más antecedentes sobre la Prueba PISA, en http://www.oecd.org/department/0,3355,en_2649_35845621_
1_1_1_1_1,00.html
47 Concepto de la Educación obtenido de la Unesco en “La educación como bien público y estratégico”, 31
de agosto septiembre 2005, Cartagena de Indias, Colombia.