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Chile y su medio ambiente / GEO Juvenil Chile 95
Salmoneras en Aysén. En mi comuna está el caso de los centros de cultivo salmoneros donde
los salmones son alimentados con harina de pescado. Esto es, los peces vivos comen pescados
muertos, lo que los transforma en rapaces, y el problema se origina cuando los salmones escapan
y se alimentan de peces nativos de la zona, produciendo un desequilibrio en el ecosistema
marino. Cómo es posible que hagan tanto daño a nuestro ambiente sin ninguna impunidad.
Hans Zimmermann Dueñas. Puerto Aysén
Salmoneras en el sur de Chile. Hoy en día podemos escasamente enterarnos en los medios
nacionales sobre la “evolución o desarrollo” de algunas empresas, muchas de ellas multinacionales,
y como se encuentran operando en nuestro país; por ejemplo, la industria salmonera,
uno de los sectores económicos más poderosos del país (al tener un fuerte apoyo político), y
además con altos retornos de divisas, lo que significa altísimos ingresos económicos para el
rubro, superando éstos los 1.000 millones de dólares para el primer semestre. Pese a ello, ésta
es una de las áreas que presenta las mayores burlas a las leyes laborales y medioambientales
del país, teniendo incluso injustificados casos de muertes del recurso humano, los que van en
la alarmante cifra de 17 personas desde febrero de 2005 a junio de 2006, preocupando incluso
a organismos internacionales.
Entre otros ejemplos de las transgresiones que realiza la industria salmonera, está el uso intensivo
de antibióticos; utilización masiva de pinturas antifouling en precarios talleres de redes;
uso de vertederos no habilitados sanitariamente para acopiar desechos industriales; casi
nulo tratamiento de los residuos industriales líquidos; escapes masivos de salmones; matanza
de aves y lobos marinos; contaminación de fondos marinos y borde costero; ocupación, incluso
ilegal, de sectores destinados a las actividades de pesca artesanal, turismo y desarrollo de las
comunidades indígenas; cuestionados subsidios estatales a empresas nacionales y multinacionales;
violación permanente de los derechos laborales, entre otros.
Por esta razón, ha aumentado la alarma en la población nacional y se multiplican los llamados
de atención de entidades internacionales, como algunos gobiernos, organismos multilaterales,
sociedades científicas, diferentes ONG y especialistas de diversos ámbitos de las áreas
de ecología, derechos sindicales, salubridad humana y animal, y de derechos humanos, por
mencionar algunos.
Ante estas denuncias, especial atención prestó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), que en su informe sobre la Evaluación Ambiental de Chile, presentado
en 2005, entregó una serie de recomendaciones al gobierno chileno para elevar los
estándares de la industria salmonera en aspectos ambientales y sanitarios.
Pero, ¿quién compensa a las comunidades de Chiloé, Palena y Aysén? Ya han siendo fuertemente
afectadas, además de ser testigos de las “crónicas de una muerte anunciada” de una
tierra que es reconocida, tanto en el ámbito nacional como internacional, por su vasta riqueza
cultural (Chiloé) y natural (Palena y Aysén).
Para reflexionar sobre lo que queremos para el país…
Carolina Tapia N.
La contaminación de las pesqueras. Aysén era una ciudad limpia hasta que llegaron las
pesqueras. Éstas producen trabajo, pero a la vez generan gran contaminación. Arrojan sus
desechos al mar, o si no lo botan los camiones en el trayecto que hacen desde los barcos a la
planta de procesamiento. Además, cuando hacen harina de pescado hay un olor insoportable.
La gente ha reclamado, porque cuando llegan turistas esto puede ser desagradable para ellos.
Las pesqueras arrasan con la población marítima de peces y los pescadores artesanales cada
vez pescan menos y se tienen que cambiar de rubro por falta de recursos naturales.
Fernando Martínez. Puerto Aysén