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Chile y su medio ambiente / GEO Juvenil Chile 83
En la Región de Aysén, sectores de fuertes pendientes y suelos delgados con aptitud
forestal fueron transformados para uso ganadero. Esto originó su pérdida casi completa,
siendo uno de los sectores más erosionados de Chile.
Si bien las zonas cercanas a los lagos Pedro Aguirre Cerda y General Carrera presentan
los niveles más altos de manganeso a nivel nacional, el resto de la zona carece de niveles
importantes de metales pesados, y los restantes elementos (cobre, zinc y plomo) se
presentan en cantidades mínimas.
En la parte oriental de la dicha Región y todo el sector nororiente de la región de
Magallanes, fuertes vientos y la condición climática semiárida han permitido que el
sobrepastoreo con ovinos haya contribuido a un fuerte proceso de desertificación.
En esta última Región, el 55% de los suelos está en categoría de erosión grave, siendo éste
un problema de importancia, junto con el sobrepastoreo. En la costa norte de Tierra del
Fuego, en sectores de estepa, hay signos de desertificación y amenaza de dunas.
El mayor problema de las zonas urbanas en la Zona Sur es la falta de tratamiento de los
residuos sólidos y líquidos, los cuales son arrojados a vertederos que se hallan sobresaturados
o a vertederos clandestinos. Otro aspecto que aumenta su gravedad es que estos vertederos
se localizan por lo general en las cercanías de pueblos originarios o de población campesina
pobre, pasando a llevar sus derechos ambientales y su calidad de vida.
Este problema se puede advertir especialmente en la Región de la Araucanía, puesto
que de sus 28 basurales, 19 están al interior de comunidades mapuches o colindan con
ellas; además, un gran porcentaje de los basurales se ubica próximo a aguas superficiales
(Navarro 2006-B). En la Región de Los Lagos existen 35 vertederos administrados por
municipalidades y empresas privadas. De ese total, 24 no cuentan con autorización para
funcionar, debido a que no cumplen con la normativa vigente (Pangea 2006).
En 1997, en la Región de Magallanes existían 22 microbasurales; en 2004 se estimaron
alrededor de 50. Los residuos industriales son también un problema, en especial para las
comunas de Primavera y San Gregorio, debido a la actividad petroquímica existente en
la zona.
M INERí A
Sin duda Chile es un país con una importante actividad minera, cuya producción
representaba el 7,2% del PIB al año 2007, según cifras del Banco Central. Chile es el
principal productor de cobre del mundo, con 38% de la reserva mundial; es, además,
productor líder de molibdeno y productor de oro, plata y hierro. Este acervo de
minerales en nuestros suelos refleja la riqueza de Chile, pero ha significado ingentes
externalidades negativas, en términos sociales y, particularmente, medioambientales.
Cabe recordar al respecto que sólo el 2% del material extraído por la minería corresponde
al material deseado; el 98% restante es desecho: escoria, relaves y material estéril. Esto
es sumamente importante y el común de la gente lo ignora: al aumentar la extracción,
aumentan drásticamente los pasivos ambientales mineros. Así, en 150 años de historia
minera en Chile, se han generado y acumulado volúmenes considerables de pasivos,
principalmente por las faenas mineras abandonadas en el norte del país. Lo anterior tuvo
su origen en la falta de legislación que contemplara la protección del medio ambiente
ante la existencia de faenas mineras abandonadas o en proceso de cierre. Sólo a partir
de la entrada en vigencia del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, los proyectos
mineros han debido hacerse cargo del impacto ambiental a través de la elaboración de
acabados planes de cierre.