Capitulo 6 Mil dias de allende - Salvador Allende

SUBLEVACION MILITAR
mente una farsa o remedo de debate, como los
que se practica en los países llamados «socialistas»,
en el que los llamados a opinar sólo
puedan asentir, so riesgo de ser tildados de
«enemigos del pueblo o de la patria?».
«Tampoco se compadecen esas palabras del
señor ministro con sus afirmaciones perentorias,
hechas en el acto inaugural del Seminario
sobre Escuela Nacional Unificada, y repetidas
ayer en Temuco, de que «la decisión está tomada:
no es el momento de dudar un segundo
sobre que la reforma va y que el año 1973 es el
año de la Escuela Nacional Unificada» y de que
la «legitimidad, legalidad de la reforma, definitivamente
alcanzadas en el mes de marzo, significa
que los meses que vienen son simplemente
para instrumentalizar la Escuela Nacional
Unificada y ponerla en práctica en junio y
al comienzo del segundo semestre».
«¿Cuándo dice la verdad el Gobierno?
¿Cuando anuncia que no habrá decisión final
hasta que se agote el debate y así se lo promete
al Episcopado Nacional o cuando se ufana
de que a troche y moche, impondrá su reforma,
ya resuelta por él unilateralmente, dentro
de 60 ó 90 días?
«Con la misma claridad con que los democratacristianos
expresamos al país y al Gobierno
la voluntad de prestar todo nuestro concurso
para un estudio serio y realmente democrático
a fin de «crear todos en conjunto el nuevo
sistema educacional de la nación» —para repetir
las propias palabras del señor Ministro—,
declaramos que no estamos dispuestos a servir
de comparsas para legitimizar la imposición de
un modelo de reforma que, tal como se ha dado
a conocer hasta ahora, es precipitado, incompleto,
y manifiestamente destinado a servir de
instrumento al objetivo político-partidista de
concientizar a los niños y jóvenes chilenos dentro
del ideario marxista-leninista que inspira a
los partidos gobernantes.
«La Democracia Cristiana rechaza categóricamente
el proyecto sobre Escuela Nacional
Unificada en los términos en que el Gobierno
lo ha presentado.
«El N.o 7 del art. 10 de la Constitución Política
del Estado, cuyo texto nació precisamente
por iniciativa de nuestro partido como parte
del Estatuto de Garantías Constitucionales que
se exigió al Presidente Allende para su elección
por el Congreso Pleno, consagra la «libertad
de enseñanza», atribuye al Estado una funwww.cepchile.cl
- Los mil días de Allende
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cacional y adecuarlo a las tareas del desarrollo
nacional. Y nuestro Gobierno dejó preparados
los estudios para proseguir esa reforma en nuevas
etapas, destinada a integrar un sistema nacional
de educación que asegurara a todo niño
el derecho a ingresar, permanecer y ascender
en su educación conforme a sus capacidades,
aptitudes e intereses; que proporcionara a los
trabajadores posibilidades permanentes de recalificación
y nuevas oportunidades de estudio
y que comprometiera a toda la comunidad chilena,
a través de la descentralización de las tareas
educacionales y la participación responsable
de todos, a nivel nacional, regional y local,
en el esfuerzo de procurar el pleno desarrollo
de cada persona, en una sociedad verdaderamente
democrática y pluralista.
«Consecuentes con este criterio, los democratacristianos
queremos que la reforma educacional,
por nosotros iniciada, siga adelante
hasta llegar a feliz término y tenemos autoridad
moral para hacer valer nuestra voz sobre
la materia.
«Pero una cosa es reconocer la crisis del sistema
educacional chileno y postular su reforma,
y otra muy distinta es aceptar como única
solución el modelo de Escuela Nacional Unificada
que el Gobierno está tratando de imponer
en el país.
«Dijo el señor ministro en su exposición que
una tarea de tanta envergadura necesita «la participación,
la confianza recíproca, el compromiso
de todos en el esfuerzo común»; habló de
una discusión nacional, un «foro abierto» para
que todo chileno aporte su opinión, y aseveró
que mientras no quede agotado ese debate, «no
habrá decisión final del Gobierno sobre el proyecto
de la ENU».
«Pero no se compadecen con esas palabras
tan justas del señor ministro los términos ofensivos
que en el mismo discurso empleó para
procurar descalificar a quienes discrepamos del
proyecto del Gobierno y su afirmación de que
«oponerse a la ENU es hacerse culpable de
ahondar la crisis educacional... y es oponerse a
la patria».
«¿En qué quedamos? ¿Quiere el Gobierno
realmente un debate libre y democrático respecto
de la reforma educacional, a fin de que
todos realmente participemos, con nuestras propias
opiniones, en la tarea a que nos invita de
«crear en conjunto el nuevo sistema educacional
de la nación»? ¿O lo que quiere es única-