Capitulo 6 Mil dias de allende - Salvador Allende

CAPITULO 6: MARZO 1973 A JUNIO 1973
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11 DE JUNIO DE 1973
Las Juventudes Socialistas y las Juventudes Comunistas
insertan en los periódicos una carta conjunta llamando a
la gente a defender el Gobierno de la Unidad Popular de
los intentos de derrocamiento armado que intenta la oposición.
¡A DEFENDER EL GOBIERNO!
¡EL PUEBLO A LA OFENSIVA
PARA APLASTAR LA
CONTRARREVOLUCION!
LA TERCERA DE LA HORA
Chile vive un momento crucial de su historia.
Los grupos oligárquicos, apoyados por el
imperialismo se lanzan hoy a la revancha contra
el Gobierno que con el impulso de las masas
nacionalizó el cobre y todas las riquezas
básicas, contra el Gobierno que hizo la Reforma
Agraria y puso los bancos al servicio del
país, contra el Gobierno que constituyó el área
social de la economía, colocando las grandes
industrias en manos de los trabajadores, contra
el Gobierno Popular y revolucionario que
encabeza el compañero Salvador Allende. El
objetivo de los reaccionarios es derrocar este
Gobierno a cualquier precio, apelar a todos los
recursos y a todo el poder con que cuentan.
Para ello está en ejecución un plan que persigue
paralelamente crear el caos económico y
social y la crisis institucional.
El PN y el freísmo tratan de provocar conflictos
en los centros claves de la economía, impulsando
huelgas politiqueras con cualquier
pretexto en un claro intento de ganar apoyo en
la base para la sedición, dividiendo a los trabajadores.
Buscan desorganizar la economía, saboteando
la producción y estimulando todos
los factores de inflación, para así agudizar las
serias dificultades que enfrenta el país. Fomentan
la escasez y el mercado negro, especulan
en gran escala, desfinancian la Ley de Reajuste,
y a la vez, echan leña a la hoguera de los
paros por mayores salarios tratando de producir
la crisis de las finanzas públicas y la asfixia
del Gobierno. Quieren agudizar al máximo los
problemas de abastecimiento, provocar la desesperación
de las grandes masas para tener
mejores condiciones para el golpe.
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Rancagua ha sido en la práctica el campo
de experimentación de la Derecha. Todo el país
sabe que allí no ha habido un conflicto gremial,
sino una provocación política planificada
desde Santiago por el Comando reaccionario,
con vistas a desatar una escalada de huelgas
en todo el país. Ante el fracaso del paro, han
recurrido a las agresiones y atentados terroristas,
a la violencia criminal, buscando convertir
a Rancagua en detonante de la subversión, pretendiendo
irradiar su efecto a lo largo y ancho
del país.
Los propósitos de la oposición conservadora
son demasiado evidentes. Quieren producir
un desenlace ahora mismo, y han entregado a
los grupos fascistas la misión de llevar la iniciativa
en el desquiciamiento de la vida nacional,
como destacamentos de choque de la contrarrevolución.
Está en marcha un operativo
semejante al de octubre de 1970 que incluye
atentados como los ejecutados recientemente en
una torre de la Televisión Nacional y en locales
políticos en Rancagua, y que persiguen montar
una provocación similar al asesinato del general
Schneider. Los atentados o autoatentados
obedecen al propósito siniestro de crear pretextos
para un alzamiento contra el Gobierno,
aunque eso conduzca al país al enfrentamiento
y la guerra civil.
La burguesía está dispuesta a todo para recuperar
sus privilegios. Pues bien, los jóvenes
socialistas y comunistas de Chile, comprometidos
con los intereses históricos del proletariado,
proclamamos nuestra decisión de entregarlo
todo por la revolución, defendiendo al Gobierno
y las conquistas del pueblo hasta las últimas
consecuencias.
El PN y el PDC asumen hoy una actitud de
desafío frente al Gobierno, tratando de imponer
una Reforma Constitucional que devuelve
las industrias del área social a los antiguos monopolistas.
Para esto, no vacilan en violar groseramente
la propia Constitución, al desconocer
la exigencia de los 2/3 para el Congreso
como requisito para imponer su criterio. Así
por simple mayoría la oposición pretende convertirse
en gobierno paralelo, buscando enseguida,
con la mitad más uno de senadores y
diputados, la destitución del Presidente. Este
es el camino de la sedición seudolegal. El Parlamento,
la Contraloría y la Corte Suprema,
como trincheras derechistas, actuando bajo
mando único, quieren convencer al país de que