Capitulo 6 Mil dias de allende - Salvador Allende

SUBLEVACION MILITAR
Deseo terminar haciendo algunas sugerencias
prácticas que pueden ser discutidas por
mis compañeros:
Nº 1.- El nombre y el monumento del insigne
Manuel Rodríguez, héroe popular de
nuestra patria, fue alevosamente usado en una
tentativa de envilecer su recuerdo al compararlo
con un delincuente prófugo. Pido que en
un acto de masas se dé satisfacción al pueblo
de Chile desagraviando la memoria del prócer
en el mismo sitio, junto a su monumento. Este
acto de protesta y de desagravio estará íntimamente
ligado a una definición nacional en contra
de la guerra civil y de sus promotores.
Nº 2.- Someto a la consideración de los inwww.cepchile.cl
- Los mil días de Allende
res de la guerra civil y a demostrar ante el país
las consecuencias terribles de una conspiración
tan nefasta como antipatriótica». Discrepó, además,
de la calificación de «guerrilla civil» que
dio el diputado Bernardo Leighton al peligro
de enfrentamiento. El texto del discurso es el
siguiente:
«Yo dije, en mi discurso del estadio, que
fui testigo de muchos de los sucesos y episodios
más desgarradores de nuestro tiempo, en
España. La guerra civil instigada por el fascismo
que dominaba en Alemania y en Italia dejó
un millón de muertos y medio millón de españoles
en el destierro. El odio y la muerte malograron
más de una generación florida de jóvenes
españoles y no dejó una casa sin un crespón
de duelo, ni una familia sin un hijo, hermano
o padre en la cárcel o en el destierro. La
guerra civil, el cruento bombardeo, el ametrallamiento
de ciudades y pueblos, no respetó a
las mujeres ni a los niños. Nunca olvidaré las
paredes derrumbadas y los cadáveres de niños
y mujeres desangrándose en las calles después
de un bombardeo. La crueldad exacerbada por
los odios civiles hizo perder a España una infinita
cantidad de hombres que eran sus mejores
fuerzas de producción y de progreso, algunos
de ellos figuras ilustres de la cultura universal.
Ahora, desde mi retiro de Isla Negra, quiero
señalar ante los intelectuales de Chile la gravedad
del minuto presente, en especial la campaña
y los preparativos que realizan manipuladores
extranjeros y chilenos, desde fuera y
desde dentro de Chile, para precipitarnos en
una lucha armada.
Las señales son inequívocas y deben ser tomadas
en serio.
LAS MISMAS FUERZAS
Las mismas fuerzas empeñadas en esa tentativa
siniestra son las que ya planificaron una
paralización económica que en parte lograron
producir. Sus planes estaban y continúan ligados
a los designios de la ITT y de la CIA revelados
en el Congreso de los Estados Unidos.
Aquellas revelaciones también dejaron en claro
la cuantiosa ayuda económica de estos organismos
extranjeros a los facciosos de Chile.
No es concebible que este soborno haya disminuido
y es posible suponer que se haya acrecentado
antes y después de las elecciones de
1973.
652
Las actividades de un gusanillo fascista sorprendidos
en Mendoza y confirmadas en Buenos
Aires, nos muestran sólo una fase minúscula,
pero no despreciable, de esta conspiración
vasta y hasta ahora subterránea.
Derrotar esta acción reaccionaria que pretende
enlutar a todos los hogares de Chile es
un deber de la inteligencia, que debemos asumir
de inmediato.
El movimiento homicida que quiere arrastrarnos
a una conflagración interna no sólo es
la acción de unos cuantos resentidos o de algunos
grupos extremistas. En esta apreciación disiento
fundamentalmente de las opiniones de
Bernardo Leighton. El diputado democratacristiano,
cuyas serenas apreciaciones respeto en
su generalidad, se expresa superficialmente
cuando nos dice que el peligro actual es de guerrillas
civiles, propugnadas por elementos de
los extremos derechistas e izquierdistas de
nuestro abanico político. Leighton está equivocado.
La parte más importante en la preparación
de este conflicto la tienen las clases que
tradicionalmente se opusieron al avance popular
y que ahora derrotadas y desplazadas, quieren
recuperar sus posiciones a viva fuerza, formalizando
de este modo un nuevo episodio
sangriento que agregar a su largo historial de
represiones brutales contra el pueblo de Chile.
Quiero pedir a mis compañeros que colaboremos
en un plan destinado a denunciar a
los incitadores de la guerra civil y a demostrar
ante el país las consecuencias terribles de una
conspiración tan nefasta como antipatriótica.
DESAGRAVIEMOS A
MANUEL RODRIGUEZ