VE-07 NOVIEMBRE 2014
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La epopeya de los otros<br />
Yo he visto el rostro de la muerte de cerca. Primero fueron mis<br />
padres en ese terrible accidente de tráfico hace apenas unos meses y<br />
ahora mi abuela, que tras dos largos años de lucha, no ha conseguido<br />
derrotar al temible cáncer que contaminaba su cuerpo. Pero aunque ella<br />
no está presente aquí, sabemos que jamás desaparecerá de nuestras<br />
mentes y corazones, pues ha hecho tanto, que su paso no podrá ser<br />
borrado por nada ni nadie, aunque lo intenten, fue única, una pionera en<br />
muchos aspectos. Ella fue grande, una guerrera, que desde siempre<br />
luchó contra todos aquellos que le hacían callar por ser mujer, aquellos<br />
que le hacía llorar hasta sangrar, aquellos que la despreciaban, la<br />
insultaban, la anulaban, la acosaban… tantos y sin motivo alguno. Como<br />
sabéis todas, mi abuela se exilió para huir de un matrimonio concertado<br />
con un hombre al que odiaba y de un padre que abusaba de ella.<br />
Durante su huida empezó a vestir de hombre y a hacerse llamar<br />
Teemu. Simplemente lo hizo porque le resultaba más fácil viajar como<br />
hombre que como mujer. Vivió unos años siendo un hombre, sintiendo<br />
el poder de cerca, el poder otorgado por un injusto rol de género. Tuvo<br />
numerosas amantes, las cuales nunca descubrieron su verdadera<br />
identidad. Pero un día se sintió corrompida, una fuerte oleada de culpa<br />
le golpeó, y así, sin más, se quitó la venda que oprimía sus pechos, el<br />
bulto que llevaba en la entrepierna y todos aquellos absurdos adornos<br />
que le daban ventaja frente a ella misma. Y así volvió a ser Sanna, una<br />
mujer, una inigualable luchadora, volvió a ser Ella, con su sonrisa, sus<br />
gritos, su belleza, su testarudez, sus llantos, sus razonamientos… y para<br />
los hombres volvió a convertirse en algo, un objeto, un cuerpo, una<br />
mente vacía… de nuevo, el otro. Así que volvió a la batalla, al día a día, a<br />
las réplicas, las acusaciones, los abusos… pero eso no la frenó nunca,<br />
pues ella nació para ello, y murió, porque así lo decidió la sucia muerte,<br />
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