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284 - Diócesis de San Juan de los Lagos

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CUARESMA-PASCUAsegundo: la conversión, entendida en sentido genuinamenteevangélico, no es sinónimo <strong>de</strong> renuncia,esfuerzo y tristeza, sino <strong>de</strong> libertad y <strong>de</strong> alegría; no esun estado regresivo, sino progresivo.Antes <strong>de</strong> Jesús, convertirse significaba siempre un«volver atrás» (el término hebreo, shub, significainvertir el rumbo, regresar sobre <strong>los</strong> propios pasos).Indicaba el acto <strong>de</strong> quien, en cierto punto <strong>de</strong> la vida,se percata <strong>de</strong> estar «fuera <strong>de</strong>l camino»; entonces se<strong>de</strong>tiene, hace un replanteamiento; <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> cambiar <strong>de</strong>actitud y regresar a la observancia <strong>de</strong> la ley y volvera entrar en la alianza con Dios. Hace un verda<strong>de</strong>rocambio <strong>de</strong> sentido, un «giro en U». La conversión, eneste caso, tienen un significado moral; consiste encambiar las costumbres, en reformar la propia vida.En labios <strong>de</strong> Jesús, este significado cambia: Convertirseya no quiere <strong>de</strong>cir volver atrás, a la antigua alianzay a la observancia <strong>de</strong> la ley, sino que significa más biendar un salto a<strong>de</strong>lante y entrar en el Reino, aferrar lasalvación que ha venido a <strong>los</strong> hombres gratuitamente,por libre y soberana iniciativa <strong>de</strong> Dios.Conversión y salvación se han intercambiado <strong>de</strong>lugar. Ya no está, como lo primero, la conversión porparte <strong>de</strong>l hombre y por lo tanto la salvación comorecompensa <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> Dios; sino que está primerola salvación, como ofrecimiento generoso y gratuito<strong>de</strong> Dios, y <strong>de</strong>spués la conversión como respuesta <strong>de</strong>lhombre. En esto consiste el «alegre anuncio», elcarácter gozoso <strong>de</strong> la conversión evangélica. Dios noespera que el hombre dé el primer paso, que cambie<strong>de</strong> vida, que haga obras buenas, casi que la salvaciónsea la recompensa <strong>de</strong>bida a sus esfuerzos. No; antesestá la gracia, la iniciativa <strong>de</strong> Dios. En esto, elcristianismo se distingue <strong>de</strong> cualquier otra religión:no empieza predicando el <strong>de</strong>ber, sino el don; nocomienza con la ley, sino con la gracia.«Convertíos y creed»: esta frase no significa porlo tanto dos cosas distintas y sucesivas, sino la mismaacción fundamental: ¡Convertíos, esto es, creed! ¡Convertíoscreyendo! La fe es la puerta por la que se entraen el Reino. Si se hubiera dicho: la puerta es lainocencia, la puerta es la observancia exacta <strong>de</strong> todos<strong>los</strong> mandamientos, la puerta es la paciencia, la pureza,uno podría <strong>de</strong>cir: no es para mí; yo no soyinocente, carezco <strong>de</strong> tal o cual virtud. Pero se te dice:la puerta es la fe. A nadie le es imposible creer, porqueDios nos ha creado libres e inteligentes precisamentepara hacernos posible el acto <strong>de</strong> fe en Él.La fe tiene distintas caras: está la fe-asentimiento<strong>de</strong>l intelecto, la fe-confianza. En nuestro caso se trata<strong>de</strong> una fe-apropiación. O sea, <strong>de</strong> un acto por el queuno se apropia, casi por prepotencia, <strong>de</strong> algo. <strong>San</strong>Bernardo hasta utiliza el verbo usurpar: «¡Yo, lo queno puedo obtener por mí mismo lo usurpo <strong>de</strong>l costado<strong>de</strong> Cristo!».«Convertirse y creer» significa hacer propiamenteun tipo <strong>de</strong> acción repentina e ingeniosa. Con ella,antes aún <strong>de</strong> habernos fatigado y adquirido méritos,conseguimos la salvación, nos apropiamos incluso<strong>de</strong> un «reino». Y es Dios mismo quien nos invita ahacerlo; le encanta ver este ingenio, y es el primero ensorpren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> que «tan pocos lo realicen».«¡Convertíos!» no es, como se ve, una amenaza,una cosa que ponga triste y obligue a caminar con lacabeza agachada y por ello a tardar lo más posible. Alcontrario, es una oferta increíble, una invitación a lalibertad y a la alegría. Es la «buena noticia» <strong>de</strong> Jesúsa <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> tiempos.b) Segundo subgrupo: Reflexión sobre las tentacionesque influyen en nuestras activida<strong>de</strong>s comoapóstoles (<strong>de</strong> Segundo Galilea)Preocupación por actuar más que por ser. Pensarque el apostolado consiste en hacer muchas cosasy no en primer lugar en hacer lo que Dios quiere.Hacer lo que Dios quiere supone un “Ser” apostólicoy un “estar” enraizado en la verda<strong>de</strong>ra misión. No hayque remplazar la pobreza <strong>de</strong> nuestro ser con la multiplicación<strong>de</strong> palabras, <strong>de</strong> discursos y activida<strong>de</strong>s.Por lo tanto, el apóstol tiene que <strong>de</strong>dicar momentos ala contemplación, a la oración, <strong>de</strong> lo contrario nopue<strong>de</strong> “ser”. La actividad no es la medida <strong>de</strong>l apostolado,el ser muy trabajador no es medida ni <strong>de</strong>l amor,ni <strong>de</strong>l compromiso.El mesianismo. El mesías-apóstol, es aquel quese cree indispensable en todo. Que centra en sicualquier actividad. Esto viene como una actitudinconsciente que va influyendo en nuestra vida. Todospensamos que <strong>de</strong>legamos, que somos muy abiertosa otras i<strong>de</strong>as, etc. Y llega el momento <strong>de</strong> que encierta edad, uno no confía en nadie. Cuesta mucho<strong>de</strong>legar cosas. Es la ten<strong>de</strong>ncia a pensar que uno es elpiloto y Dios es el copiloto, “ayudante”.Siendo real que el apostolado es al revés: es laacción <strong>de</strong> Cristo en la cual yo colaboro ciento porciento, pero en otra dimensión, en la función <strong>de</strong>“siervo inútil”.No ir al ritmo <strong>de</strong> Dios. El ritmo <strong>de</strong> Dios es unritmo que no se sobrepone a la naturaleza o a lahistoria; es el ritmo <strong>de</strong> las personas.Si uno estudia la historia <strong>de</strong> la salvación, la historia<strong>de</strong>l cambio, <strong>de</strong> la toma <strong>de</strong> conciencia <strong>de</strong>l cristianismo,ésta se realiza con ritmos que siguen la natu-pág.48Bol-<strong>284</strong>

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