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284 - Diócesis de San Juan de los Lagos

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VIDA DIOCESANAal pueblo en general, que la profundización en la fenecesariamente nos tiene que llevar a comprometernosmuy seriamente en opciones no sólo así estrictamentepastorales en cuanto coordinadas por la diócesis,<strong>de</strong>canato o parroquia, sino en acciones políticasy sociales que, si bien no las coordinamos nosotros,necesitan <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong>cisiva <strong>de</strong> gente que haprogresado, que ha madurado en su fe. Hemos <strong>de</strong>buscar en este año jubilar guadalupano el progreso <strong>de</strong>nuestra patria por caminos <strong>de</strong> justicia y <strong>de</strong> paz.A propósito <strong>de</strong> la paz, quiero recordar lo que elPapa Benedicto nos <strong>de</strong>cía con ocasión <strong>de</strong> la jornadamundial, el día primero <strong>de</strong> enero. El tema: “En laverdad, la paz”. Y recordaba él en su mensaje lapágina <strong>de</strong>l Génesis en la que se presenta a Satanás,este ser <strong>de</strong> lengua bífida, como el engañador porexcelencia. Y nos presenta aquella frase fuente <strong>de</strong>lApocalipsis en la que son expulsados <strong>de</strong> la Jerusaléncelestial todos <strong>los</strong> que dicen y promueven la mentira.La paz como don <strong>de</strong> Dios, que no pue<strong>de</strong> darse sin lanecesaria colaboración <strong>de</strong> <strong>los</strong> pacíficos a quienes seproclama dichosos en las bienaventuranzas, la pazcomo don <strong>de</strong> Dios, exige ser fundamentada en laverdad.Debe ser este año pastoral un año <strong>de</strong> sincerarnosante Dios, <strong>de</strong> ponernos <strong>de</strong> cara a Dios y, como nossugería la oración, ver qué hemos hecho, qué entusiasmosentimos, con qué <strong>de</strong>mostramos si lo quehacemos lo estamos haciendo con la misma ilusión yamor que al principio. Al principio <strong>de</strong> enrolarnoscomo agentes comprometidos, al principio <strong>de</strong> lavocación específica a la que Dios nos ha llamado; esbueno sincerarnos nosotros para lograr esa paz yarmonía interior que nos permita ser pacíficos ypacificadores.“En la verdad, la paz”. Fue el lema <strong>de</strong> esta jornadapropuesta por el Papa. Hemos <strong>de</strong> -inspirados en estelema- promover y <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la verdad. Hay verda<strong>de</strong>sa medias en torno a nosotros y hay también mentiras,y vamos a escuchar muchas más en las propuestas <strong>de</strong>distintos candidatos a puestos <strong>de</strong> elección en <strong>los</strong>diversos niveles fe<strong>de</strong>ral, estatal, municipal. ¿Quéhacer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestro campo específico <strong>de</strong> agentes y<strong>los</strong> que somos sacerdotes, un campo específico acotadopor leyes civiles, pero ¿qué hacer para ayudar aque se diga la verdad, se promueva y <strong>de</strong>fienda laverdad?En el mensaje <strong>de</strong>l Papa, me ha impresionado estacita que comparto textual: “La historia ha <strong>de</strong>mostradocon creces que, luchar contra Dios para extirparlo<strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres, lleva a la humanidadtemerosa y empobrecida, hacia opciones que notienen futuro”. No hay paz cuando se trata <strong>de</strong> extirpara Dios <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres.En nuestro medio, me refiero a la diócesis <strong>de</strong> <strong>San</strong><strong>Juan</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Lagos</strong>, tal vez este combate no es frontalen el sentido <strong>de</strong> que haya gentes que promuevanantivalores, que se digan ateos o que manifiesten quesu propósito es extirpar a Dios <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong> <strong>los</strong>hombres; pero, aunque no sea frontal en el sentido <strong>de</strong>que se manifiesten ateos o contrarios a Cristo, sí, ennuestras ciuda<strong>de</strong>s, sobretodo, hay signos <strong>de</strong>securalismo e indiferentismo religioso que es preocupantey que pareciera que avanza; están socavandovalores familiares y otros consi<strong>de</strong>rados tradicionalmentevalores, y esto es extirpar a Dios y supropuesta presentada por Cristo en el evangelio.El tema <strong>de</strong> la V CELAM, que es: “Discípu<strong>los</strong> ymisioneros <strong>de</strong> Jesucristo, para que nuestros pueb<strong>los</strong>en El tengan vida”, que concluye con la frase <strong>de</strong>levangelio <strong>de</strong> <strong>San</strong> <strong>Juan</strong>: “Yo soy el camino, la verdady la vida”, en alguna forma nos ha inspirado aunqueno fuera tema acuñado hasta que el Papa lo aprobó,nos ha inspirado en estos dos últimos años pastorales.Hemos puesto la Eucaristía en el centro <strong>de</strong> nuestravida y el año pasado Eucaristía y Palabra como unmismo y único banquete, pero con dos platil<strong>los</strong>suculentos.Yo creo que <strong>los</strong> que hemos vivido con seriedad -yo creo que todos- estos dos años <strong>de</strong> la Eucaristía, enel que en el segundo se ha resaltado la centralidad <strong>de</strong>la Palabra <strong>de</strong> Dios como alimento <strong>de</strong> vida, comoprincipal fuente inspiradora <strong>de</strong> nuestra obra <strong>de</strong> pastoral,hemos <strong>de</strong> preguntarnos si la Palabra que secomparte a <strong>los</strong> fieles ha tenido realmente su lugar.Para mí que hace falta avanzar en el respeto a laPalabra <strong>de</strong> Dios y en ubicarla en el centro <strong>de</strong> la vida,porque la mayoría <strong>de</strong> <strong>los</strong> fieles van a escuchar proclamadaesta Palabra y van a oírla explicada sobre todoen la liturgia, o en esos tiempos fuertes <strong>de</strong> evangelización.Y yo quiero insistir en que, quien proclama laPalabra en la liturgia o a quien se le pi<strong>de</strong> proclamarlatambién en reuniones <strong>de</strong> evangelización, como esesta evangelización <strong>de</strong> cuaresma-pascua que ya vamosa consi<strong>de</strong>rar, no sea <strong>de</strong> veras gente improvisada.Para mí que cuenta mucho una proclamación <strong>de</strong> laPalabra que se ha meditado por parte <strong>de</strong> quien es ellector o el proclamador, cuenta mucho en el efectoque pueda hacer en aquel<strong>los</strong> que la escuchan.Bol-<strong>284</strong>pág.77

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