contigo. Hazlo de todos, descubre a <strong>la</strong> Iglesia queriendo entrar por este caminosorprendente del Dios Amor Salvador.68Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a <strong>la</strong> montaña,a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuantoIsabel oyó el saludo de María, saltó <strong>la</strong> criatura en su vientre. Se llenó Isabeldel Espíritu Santo, y dijo a voz en grito: ¡Bendita tú entre <strong>la</strong>s mujeres ybendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite <strong>la</strong> madre demi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, <strong>la</strong> criatura saltó de alegríaen mi vientre. ¡Dichosa tú que has creído!, porque lo que te ha dicho elSeñor se cumplirá. María dijo:Proc<strong>la</strong>ma mi alma <strong>la</strong> grandeza del Señor,se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;porque ha mirado <strong>la</strong> humil<strong>la</strong>ción de su esc<strong>la</strong>va.Desde ahora me felicitarántodas <strong>la</strong>s generaciones,porque el Poderoso ha hechoobras grandes por mí:su nombre es santo.Y su misericordia llega a sus fielesde generación en generación.Él hace proezas con su brazo:dispersa a los soberbios de corazón,derriba del trono a los poderosos,y enaltece a los humildes;a los hambrientos los colma de bienes,y a los ricos los despide vacíos.Auxilia a Israel, su siervo,acordándose de <strong>la</strong> misericordia-como lo había prometido a nuestros padresenfavor de Abrahány su descendencia para siempre.María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a casa.5. Un tiempo para el carisma1. La vida espiritual como procesoEl profeta Elías o el viajero y misionero Javier. Nombres que recuerdancaminos, fruto de persecuciones y huidas, de coherencias de <strong>la</strong> fe y de envíosevangelizadores. Estas imágenes de <strong>la</strong> Escritura y de <strong>la</strong> Historia de <strong>la</strong> Iglesia,ilustran los procesos personales que Chaminade prevé que seguirán susdiscípulos y sus fundaciones. El pan de Elías «hay que terminarlo del todo»:nuestro camino está hecho de tiempos diversos que hay que asumir, «comer». Y
en medio del camino, momentos para gozar del monte, momentos de Tabor,«momentos felices que quedan grabados en el alma para siempre».69Nuestro Buen Padre nos recordó <strong>la</strong> huida de Elías por el desierto. Llegado a unlugar, rendido de sueño y cansancio, se durmió. Un ángel vino a despertarlodiciéndole estas pa<strong>la</strong>bras: Levántate y come porque aún te queda mucho caminopor andar. Elías se levanta, come y se vuelve a dormir. Pero el ángel lo despiertade nuevo y le dice por segunda vez: Levántate y come. Cuando terminó el restodel pan, se sintió tan fortificado por el alimento celestial que caminó durantecuarenta días. Al cabo de esos cuarenta días llegó al monte Horeb, donde vio aDios. Este sólo momento ya le compensó de todas sus fatigas y penas. Esemonte era figura de <strong>la</strong> perfección.Nuestro Buen Padre nos dijo que <strong>la</strong>s virtudes de preparación y el trabajo depurificación son <strong>la</strong> mitad del pan de Elías, que tenemos que comer pero sindetenernos ahí. Hay que terminarlo del todo, es decir, adquirir <strong>la</strong>s virtudes deconsumación, para llegar a aquel monte tan deseado donde veremos a Dios. Estecorto instante es tan feliz que compensa de todas <strong>la</strong>s penas que uno pueda habersufrido. Nos contó que san Francisco Javier no estimaba haber hecho demasiado,en comparación del gozo que produce uno de esos momentos felices que quedangrabados en el alma para siempre. Es el descanso santo, el sueño, o mejor eléxtasis, cuya dulzura gustó Adán cuando Dios le quitó una de sus costil<strong>la</strong>s paraformar a <strong>la</strong> primera mujer. Aquel sueño prefiguraba el sueño de Jesucristo en elárbol de <strong>la</strong> cruz, cuando le abrieron el costado, de donde salió su esposasagrada, <strong>la</strong> Iglesia (Tres conferencias del Padre Chaminade a <strong>la</strong>s Hijas de Maríasobre <strong>la</strong> perfección y el espíritu del Instituto, ¿1816-1825?. En El Espíritu que nosdio el ser, pp. 211-212, nn. 1145-1146).2. Jesucristo, nueva humanidadEl camino espiritual busca plenitud, va en busca de hondura. Como dice eltexto original del Evangelio que solemos traducir por "sed perfectos": "sed genteque va más lejos", "llegad a vuestra plenitud como persona", a lo mejor devosotros mismos. Esta tarea no es un puro prometeismo; llegar a una plenitudpersonal, según <strong>la</strong> medida de cada uno , es una obra del mismo Dios (Ef 4,7).Pero el modelo de <strong>la</strong> humanidad nueva es Jesucristo. La Iglesia sólo tiene uncamino, el de <strong>la</strong> dignidad humana, el que encarnó y recorrió Jesús de Nazaret.Después de Cristo, lo verdaderamente humano se ajusta al Evangelio. Jesucristo,nueva humanidadSed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto. Este fue el texto quenuestro Buen Padre tomó para <strong>la</strong> primera conferencia que nos dio sobre <strong>la</strong>perfección. Jesucristo dirige estas pa<strong>la</strong>bras en su Evangelio a todos los cristianos,pero hace de el<strong>la</strong>s un precepto para todas <strong>la</strong>s personas religiosas. Por esoestamos obligados a tender a esta deseable perfección de nuestro Padrecelestial. Nunca llegaremos a alcanzar<strong>la</strong> por completo, pero debemos trabajar enello sin descanso, de modo que ésta sea nuestra ocupación más importante. Para
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