12.07.2015 Views

Memoria del Sexto Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas

Memoria del Sexto Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas

Memoria del Sexto Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NUEVOS LECTORES, NUEVOS USUARIOSAños <strong>de</strong>spués me encontraría en esta ciudad <strong>de</strong> plata y cantera, cumpliendoun sueño: laborar en la Biblioteca Central Estatal <strong>de</strong> Zacatecas. El primer día<strong>de</strong> trabajo intercambié impresiones con algunos compañeros, entre ellos ArturoBriseño Soriano y José Luis Martínez Rodríguez, ambos inten<strong>de</strong>ntes.Nueve o diez años <strong>de</strong>spués, las cosas habían cambiado. Arturo y JoséLuis ya eran bibliotecarios, su trabajo constante era reconocido con unaoportunidad. Se generó un proyecto <strong>de</strong> gestar un área al interior <strong>de</strong> la bibliotecaque se <strong>de</strong>dicara exclusivamente al fomento <strong>de</strong> la lectura. En ellainiciamos la ingeniera Perla Martínez Murillo y un servidor. Una <strong>de</strong> lasprimeras acciones implementadas fueron los círculos <strong>de</strong> lectura con los compañeros.La dinámica se modificó y el interés comenzó a centrarse en lamanera a<strong>de</strong>cuada <strong>de</strong> leer en voz alta. El bibliotecario con más entusiasmofue José Luis. Hasta entonces, él consi<strong>de</strong>raba que leer en voz alta correctamenteera una cuestión genética, una virtud con la que se nace. Le comentamosque el trabajo y la práctica eran las herramientas que le permitiríandominar la técnica <strong>de</strong> esta modalidad <strong>de</strong> lectura.José Luis confesaba no ser lector. Es más, que no le gustaba leer. Norecuerdo con claridad si surgió <strong>de</strong> él o <strong>de</strong> nosotros la inquietud <strong>de</strong> recomendarleun libro. En ese instante recordé mi paso por la secundaria, a la maestraPastrana y Canasta <strong>de</strong> cuentos mexicanos. José Luis quedó atrapado porlos cuentos <strong>de</strong> Traven. Acabábamos <strong>de</strong> generar otra cuestión común paraambos: nuestro primer libro. El siguiente fin <strong>de</strong> semana José Luis sacó enpréstamo El perfume <strong>de</strong> Patrick Süskind —sí, José Luis ya había tramitado yutilizaba para él su cre<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> préstamo a domicilio. A primera instanciame parecía un riesgo que un nuevo lector se enfrentara a un texto cuyosreferentes suponía estaban fuera <strong>de</strong> su alcance. Aunado a ello, la tipografíame parecía podría ser un obstáculo (cuántas veces no hemos escuchadocomo pretexto o como preferencia que “las letras están muy chiquitas”),pero finalmente eran prejuicios míos, porque el lunes, José Luis había leídocompleto el libro. ¡El perfume leído en dos días por un lector inicial! ¿y<strong>de</strong>cimos que no tenemos tiempo <strong>de</strong> leer?Posteriormente José Luis siguió leyendo y seguimos recomendando: Clemencia<strong>de</strong> Ignacio Manuel Altamirano, Días <strong>de</strong> pinta, rica antología <strong>de</strong> cuentosmo<strong>de</strong>rnos, y comenzó a apasionarse por la poesía. José Luis leía en su casaen voz alta, al grado <strong>de</strong> que su esposa e hijos le preguntaban si estaba loco;su entrada a la biblioteca era a las 9:00 horas y llegaba una hora antes, yen el silencio <strong>de</strong> la sala general se ponía a leer en voz alta. En la capacitaciónpara Mis Vacaciones en la Biblioteca 2003, José Luis quiso integrarse235

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!