Memoria del Sexto Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas

SEXTO CONGRESO NACIONAL DE BIBLIOTECAS PÚBLICASdel erudito José Fernando Ramírez. Subrayo lo anterior, porque esa es,precisamente, una primera señal de identidad: la base de la más importantebiblioteca pública del estado la conforma un grupo de obras quefue asociándose con los recursos económicos de un hombre verdaderamentecomprometido con el saber, y cuya trayectoria intelectual ha sidoreconocida principalmente por Luis González Obregón, Ernesto de la TorreVillar —quien reunió en el 2002 sus Obras Históricas—, y más recientementeEnrique Krauze.El maestro De la Torre Villar en su investigación destacó los valores deun buen número de volúmenes de la colección. Citemos al menos algunosde los títulos por él mencionados: “… el precioso libro impreso en 1501 enMilán, Lectura super sex Decretalium, de Peri de Ancebano, Comentarios sobreel reino de Perú (1597), de Juan de Matienzo; Libro sexto de las Decretales, delpontífice Gregorio XIII; De la política de Dios y gobierno de Cristo, de Quevedo;De la recherche de la verité (1772), de Melebranche”, etcétera.Desde luego estamos hablando de lectores especializados cuando citamosa los prestigiados historiadores anteriores, ¿y los lectores comunes? Ymás aún ¿la comunidad se entera de los tesoros que guarda su biblioteca?Es evidente que no. Se requiere un programa permanente de difusión paradar a conocer tal patrimonio cultural, poniendo énfasis en la coberturamasiva de los medios de comunicación y en proyectos alrededor de la propiacolección antigua: visitas guiadas, seminarios, conferencias, exposicionesde los libros, entre otros.En Durango hemos lanzado una etapa de revaloración de nuestro acervoantiguo. El próximo mes se presentará su catálogo electrónico tanto ennuestra entidad como en la ciudad de México. ¿Y cuál fue la ruta que seguimosen este rescate bibliográfico? Respaldarnos en un organismo ejemplar:ADABI (Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México, A. C.), instituciónque colaboró para lograr no hace mucho la catalogación moderna dela Biblioteca Palafoxiana de Puebla.Sería largo señalar aquí todas las fases de este proceso. Quede aquí elapunte de tan grata y ardua labor para quienes hemos participado en el mismo.En el Instituto de Cultura del Estado, en la Coordinación Estatal de Bibliotecas,y por supuesto para los entusiastas trabajadores que durante añoshan cuidado con esmero este extraordinario tesoro bibliográfico (LourdesIsabel Blancarte Orozco, Gloria Irene Salazar Villareal, Martín RodríguezNevárez y Socorro Celis Rocha), nos queda bien marcada la tarea que nosaguarda: reubicar la colección en un área especial en nuestro recinto, con86