Memoria del Sexto Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas

PROPUESTAS PARARA A EL FUTURO INMEDIATOpúblicos en un espacio temporal en el que debe darse la óptima aplicación delos esfuerzos, habida cuenta de que el pueblo de México no puede seguiresperando que sea la siguiente autoridad la que resuelva lo que no hizo laprecedente, en una progresión infinita de cosas pendientes.A continuación nos permitimos una brevísima y somera aproximación auna cuestión que consideramos de orden fundamental, y que ha sido pasadapor alto en los anteriores momentos de definición: la falta de vinculaciónentre desarrollo social, educación, la institución de la biblioteca pública y lalectura.El Plan Nacional de Desarrollo 2000-2006 en su cuarto objetivo rector,relativo al fortalecimiento de la cohesión y el capital sociales, estableció elfomento de “la lectura en todos los grupos de la población, como actividadfundamental del desarrollo cultural y educativo en todas sus vertientes”,así, sin abundar mayormente en dependencias responsables, estrategias ocualquier otro elemento. El Plan no dice una palabra del papel de las bibliotecasen relación con el fomento a la lectura, al desarrollo cultural o a laeducación, es más, la palabra biblioteca no aparece en el texto del documentomencionado ni una sola vez. Lo que se haya realizado en los cincoaños pasados en el subsector, obedeció a la intuición o deducción de lastareas asignadas a la educación, entendida ésta como referente sectorial,aunque tampoco de manera formal. Ante esta falta de explicitación, y queriendosuponer que en algún momento se dará la evaluación de la actividadbibliotecaria oficial como lo ordena la propia Ley de Planeación, sabrá elpueblo de México si hubo algún avance en convertir al nuestro en un “paísde lectores”, y si algo de ese avance se debió o se entorpeció por lo quehicieron o faltaron en hacer las bibliotecas públicas.En la Ley General de Desarrollo Social publicada el 20 de enero del 2004,no existe una sola mención a la lectura o a la institución bibliotecaria. Sincaer en el cínico pesimismo de que para los Poderes de la Unión, ni leer librosni la biblioteca son un factor para el mejoramiento de las condiciones de vidade la población, habría de buscar orientación en lo que dice la Ley respecto ala educación, a la cual eleva al rango de derecho junto con la salud, la alimentación,la vivienda, el medio ambiente sano, el trabajo, la seguridadsocial. Asimismo, le da el carácter de vertiente para la superación de la pobreza,de prioridad e interés público y le asigna fondos sectoriales, una partede todo lo cual, correspondería tangencialmente a la biblioteca.Un caso digno de llamar la atención lo constituye la Ley General deBibliotecas, publicada el 21 de enero de 1988, en la cual se establece laparte burocrática de lo que vendría a ser la Red Nacional de Bibliotecas267