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descargar - Instituto Nacional del Teatro

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“Hoy el teatro posee el desafío de su inmediatez.Las palabras, los gestos, las acciones se metaforizansegún los cambiantes avatares de la realidad”.Carlos Alsina“Hoy escribimos para un régimen decarencias, asumimos esas variablesy las hacemos letras…”.Alejandro FinziEn página opuesta: Alejandro Finzi, Marcelo Marán,Carlos Pais, Ignacio Apolo y Lucía LarragioneGladis Gómez, Sonnia de Monte, José Luis Arce,Caros Pais, Carlos Alsina, Jorge AccamePor su parte, para el dramaturgo Roberto Perinelli, entrelas asignaturas pendientes está la necesidad de “analizarlos momentos inmediatamente anteriores y posteriores alos tres ciclos de <strong>Teatro</strong> Abierto, y poner en discusión nosolo el factor político sino también los valores estéticosde aquellas obras, muchas de las cuales ni siquiera estánpublicadas”, al tiempo que, según expresó el autor deCoronación y Desdichado <strong>del</strong>eite <strong>del</strong> destino, “se trata,en mucho de los casos, de las mejores piezas de muchosde los autores que participaron de <strong>Teatro</strong> Abierto, dado queya en democracia la mayoría de ellos repitieron temas yestilos en el resto de su producción dramática”.Otra de las problemáticas analizadas fue dónde poderencontrar hoy un movimiento cultural de la estridencia yentereza política que en su momento tuvo <strong>Teatro</strong> Abierto,para llegar a la conclusión de que un fenómeno contemporáneoque quizás tenga como espejo más claro aquelacontecimiento de comienzos de la década <strong>del</strong> 80 sea, desdeel comienzo de este siglo, el ciclo <strong>Teatro</strong> por la identidad,organizado por Abuelas de Plaza de Mayo en Buenos Aires, yen la actualidad con sedes en diferentes puntos <strong>del</strong> país, queha buscado crear conciencia sobre la desaparición y apropiaciónindebida de personas durante la dictadura, al tiempoque los diferentes ciclos se han convertido en puentes parareflexionar sobre el concepto de identidad en forma múltiple,concepto que abarca la totalidad de las actividades, afectosy características de todos los seres humanos.Por otra parte, partiendo de la premisa de que el teatro es,tanto por acción como por omisión, un fenómeno político,sin embargo, la mesa acerca <strong>del</strong> teatro después de los90 dejó en claro que por esos años, donde se cristalizó elproyecto económico pergeñado durante la última dictadura,el rol <strong>del</strong> dramaturgo quedó desdibujado por un teatroque se alejó de los discursos. La mesa integrada por losdramaturgos porteños Ignacio Apolo (La pecera) y LucíaLarragione (Cocinando con Elisa), el marplatense MarceloMarán (La faena) y el iluminado escritor y dramaturgoneuquino Alejandro Finzi, transitó por carriles en los cualesse llegó a la conclusión de que en el teatro que siguió alos 90 el actor comienza a ocupar un lugar preponderante,al tiempo que se desdibujó el rol <strong>del</strong> dramaturgista (enalgunos casos, apenas un transcriptor de diálogos) y dondese priorizó, según Marán, “el entretenimiento por encimade las metáforas, la producción de sentido y la palabrapoética”, algo que, en cierta forma, ha marcado al teatroargentino en diferentes épocas de crisis.De la mesa se desatacaron las reflexiones <strong>del</strong> mencionadoFinzi, uno de los autores más reconocidos de su generación,quien sostuvo que la dramaturgia (y las temáticas de lasobras) “se caracteriza hoy por el destrozo de un país quetuvo lugar en los años 90, más allá de que no existe unteatro según los recortes aleatorios que plantean siemprelos investigadores. Hoy escribimos para un régimende carencias, asumimos esas variables y las hacemosletras”, dijo sabiamente Finzi respecto de la necesidadde los autores de tener que adaptarse a las limitacionesimpuestas por el “mercado teatral”, donde, por ejemplo,se priorizan a la hora de elegir textos, aquellas obras conpocos personajes. “Para algunos directores, un texto conmás de cinco personajes ya es complicado de poner enescena”, detalló Finzi.El autor de Sueñe, Carmelinda consignó además quedesde fines de los años 80 hasta la actualidad, la diversidadde la dramaturgia nacional “se debe al descubrimiento yla incidencia de una realidad geográfica como la que tieneeste país”, haciendo alusión al factor determinante enrelación con los climas y las problemáticas que atraviesanobras teatrales de trascendencia nacional que no acontecenen las grandes ciudades, una variable cuyo paradigma, másallá de gran parte de la obra <strong>del</strong> propio Finzi, bien podríaser Venecia, la premiada y muy representada obra deJorge Accame, que acontece en Jujuy pero que ha sidoestrenada en varias capitales de todo el mundo y traducidaa varios idiomasDel lado de los dramaturgos <strong>del</strong> interior, y ya en lasúltimas jornadas desarrolladas en la bella San Martínde los Andes, en una mesa integrada por la mendocinaSonnia De Monte, el tucumano Carlos Alsina, el cordobésJosé Luis Arce, el mencionado Accame y la chaqueñaGladis Gómez, sobrevoló la problemática de una escrituradramática que siempre se ve enfrentada desde el afueracon la que se produce en el gran centro espectacular quees Buenos Aires. Como síntesis, en su elocución, Accamecitó a Kundera cuando este habla de “la incapacidad deconsiderar a la cultura en su «gran contexto»”.De todos modos, Alsina aportó ideas tales como que “enel teatro el único dogma es que no hay dogma”, pensadoen los modos y las modas en relación con la escritura,para asegurar: “Es imprescindible cultivar la libertad paraescribir el tipo de teatro que a cada uno le plazca. Creoque de lo que se trata es de hablar por boca propia, y nopor boca ajena”.Más allá de coincidencias o disidencias, todos losrepresentantes <strong>del</strong> interior ajustaron sus opiniones a lahora de hablar de una iridiscente “colonización cultural<strong>del</strong> centro sobre el interior”, una marca que ha visto supunto culminante en los años 90, donde las formas <strong>del</strong>teatro argentino de las provincias copiaron las formas <strong>del</strong>teatro de producción porteña, pero quedándose solo conelementos relacionados con el procedimiento, y al mismotiempo vaciando de contenido sus propuestas.“Hoy –completó Alsina–, el teatro posee el desafío desu inmediatez. Las palabras, los gestos, las acciones semetaforizan según los cambiantes avatares de la realidad”,entendiendo la tarea <strong>del</strong> dramaturgo como un hecho cercanoal acontecer cotidiano de cada lugar o región.Finalmente, y <strong>del</strong> lado de la crítica, mesa que contócon la participación de los críticos y periodistas teatralesClara Vouillat (Río Negro), Alberto Catena, Carlos Pacheco(Buenos Aires), Roberto Schneider (Santa Fe) y MiguelPassarini (Rosario), se abordaron conclusiones tales comoel rol de la crítica frente a una dramaturgia que hoy estámás cerca <strong>del</strong> escenario (dramaturgia de actor) que <strong>del</strong>escritorio, la necesidad de una crítica que aporte algo porfuera de lo coyuntural, y la tarea <strong>del</strong> crítico en relación conel teatro contemporáneo en toda su multiplicidad y proyecciónhistórica, que deberá enfrentarse, para garantizar sucontinuidad en el tiempo tanto dentro como fuera de losmedios, con una serie de dificultades metodológicas e inclusoteóricas para poder abordar con claridad el entramadode procedimientos estilísticos tanto de escritura como deescena de cada creador.Finalmente, quizás una buena síntesis de los alcances<strong>del</strong> encuentro sean las breves palabras que publicó elpropio Saccoccia, de activa presencia durante todo elCongreso, en su página web (www.bibliotecahueney.com.ar): “Podría decirse que el Congreso de Dramaturgia abrióun espacio de discusión y debate riquísimo e intenso,para lo cual sus conclusiones y las ponencias de losparticipantes serán próximamente editadas. El Congresocontinuó de algún modo más allá de San Martín de losAndes, que nos despidió en el marco escenográfico de esebellísimo pueblo cordillerano, dado que se constituyó unforo (inmediatamente después de terminado el encuentro)que está trabajando desde entonces para continuar estamancomunión de autores y críticos de teatro que, estamosconvencidos, producirá nuevas instancias de crecimientopara la dramaturgia argentina”.AUTORES25 picadero

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