En busca<strong>del</strong> PathosperdidoALEJANDRO KARASIK/ desde Buenos AiresFOTOGRAFÍA: MAGDALENA VIGGIANIRAKHALHERREROA poco de llegar a Buenos Aires el actor, bailarín ycoreógrafo Rakhal Herrero comenzó a desarrollar unafuerte línea de trabajo y a ocupar un lugar destacado enel panorama de la escena porteña.Rakhal Herrero aparece por la puerta de un bar en laesquina de Corrientes y Acevedo ubicado a pocas cuadrasde su casa, luce pelo medianamente largo que cae sobresu cara y remera estampada con el símbolo de Brahma(la letra sánscrita, no la cerveza); bien podría inauguraruna nueva tendencia: el grunge-hindú. El prominentecoreógrafo cordobés confirma la sospecha: no solo haviajado tres veces a la India (en plan de retiro espiritual)sino que además ha conformado la banda de rock en suadolescencia, Saraswathi Samathi. “Yo era muy fanáticode Nirvana –grupo insignia <strong>del</strong> movimiento grunge- ynirvana quiere decir lo mismo, estado elevado; ni siquieracuando empezaba puse esto en mi curriculum” explica elentrevistado en relación a su banda. Pero ya ha pasado unlargo trecho desde aquel impulso artístico inicial y hoy solole rinde tributo en sus obras haciendo algunas aparicionescon su guitarra eléctrica y tocándola con distorsión.Pero el arrasador universo creativo de este joven de 28años –que además es bailarín y actor– es mucho másbasto; hace su primer aterrizaje en las salas porteñasde la mano de Laura Aguerreberry en la pieza de danzaPatiecito, patiecito; luego sobresalió como director enPathos (en busca de la emoción perdida) estrenadaen El camarín de las musas y como intérprete en un solodirigido por Ciro Zorzoli en el ciclo 4x4x4x4 <strong>del</strong> CentroCultural Ricardo Rojas. Y el futuro le depara aparicionesaún más promisorias: es coreógrafo invitado con obra aestrenar en julio de la Compañía de Danza ContemporáneaCultura Nación (conformado por bailarines expulsados <strong>del</strong>Ballet <strong>del</strong> San Martín por reclamar seguro médico) y seráun intérprete secundario <strong>del</strong> próximo espectáculo comercialde los paradigmáticos de la danza-teatro, Carlos Casella yAna Frenkel que se verá en el Paseo La Plaza.Rakhal Herrero –su nombre es de origen hindú y siemprelo han llamado así, aunque recién pudo asentarlo en sudocumento a los 17 años–, originario de Traslasierra, vinodesde Córdoba a Buenos Aires para presentar Pathos (enbusca de la emoción perdida), su tesis de graduación enteatro de la Universidad <strong>Nacional</strong> de Córdoba. Esta obra,que sigue preceptos casi escolásticos de la danza-teatro,logra ubicarse como una excelente síntesis <strong>del</strong> género ydescubre un alto nivel de elaboración dramatúrgica. A suvez, se mezclan en ella un humor descarado y dislocado, lamezcla anárquica de disciplinas como la música, la danza yla actuación, y la extravagancia de sus intérpretes.-¿Cómo has llegado a concebir Pathos…?-Es mi tesis en la licenciatura de teatro de la UNC. Lamisma exigía hacer una obra con un marco teórico quela apoye y decidí investigar -por ponerle un nombre aaquello que tiene que ver con la fusión y la mezcla- losprocedimientos dramatúrgicos de la danza teatro. Entoncesrealicé una serie de entrevistas a personas quetuvieran que ver con ello para bajar conceptos. Aclaro,no incluí en la obra lo que el entrevistado me dijo, parapicadero 38
DEL PROGRAMA DE PATHOS(EN BUSCA DE LA EMOCIÓN PERDIDA)Somos cuatro: hermosos ojos verdes, sublime longilineidad,voz que remueve caramelos, porción de armonía quese desorienta. Pretendemos ser transparentes, pero noinvisibles. Hoy preparamos el mejor de nuestros engaños,sin historias, ni cuentos, ni leyendas, también sin miedo, sinropa, sin tapujos. Siete capítulos puros, una presentación yun prólogo. Siete de cuatro, siete que hablan de algo queno podría pronunciar, sin lastimarlos.Van a creer que somos eso que ven, y no es así, somoseso que sienten.Do you like it? I think you like it.Escenas de “Pathos (en busca de la emoción perdida)”nada; solamente observé coincidencias entre mi modo detrabajo y el de los coreógrafos, que resultaron ser ciertasmetodologías <strong>del</strong> caos y la fragmentación. Además, habíanociones repetidas que tenían que ver con trabajar sinideas previas sobre la música, el espacio, el vestuario oel texto; como arrancar a la deriva. Esa es la forma queopté también yo para trabajar.-¿A quiénes has entrevistado?-Entrevisté en Córdoba a las coreógrafas Cristina GómezComini y Emilia Montagnoli, al director teatral PacoGiménez y a José Luis Valenzuela, un teórico que sabemuchísimo; acá entrevisté a los coreógrafos Carlos Casella,Silvina Grinberg, Diana Szeimblum, Alejandro Cervera ya Carlos Pacheco (crítico y periodista de danza y teatro).-¿Has realizado alguna síntesis o encontradoelementos comunes entre ellos? ¿Has distinguidoelementos regionales?-No me interesó realizar una bajada científica de lasentrevistas y la experiencia consistió principalmente ennutrirme de información. Tampoco me detuve en cuestionesregionales ni las noté; sobre todo porque los entrevistadoscordobeses están con una oreja puesta también en BuenosAires. Lo que sí pude observar son cuestiones de índolegeneracional en dos líneas muy diferenciadas: una tieneque ver con una forma de trabajo a la deriva; y la otra conpartir de un cúmulo de ideas previas al proceso mismo deensayos. No lo sé… tal vez parece pavo u obvio haberconcluido que una obra puede surgir <strong>del</strong> mismo ensayo opartir de sucesos inesperados; pues estas formas tienenlarga data. Pero ordené y asenté aquello que me funcionabaa mí y por ello quedó en la tesis.-¿Has podido señalar aquellos sucesos inesperadosque en los ensayos acontecieron y que sevinculaban con el material recogido en tu tesis?-Sí, un caso de ello son, por ejemplo, los accidentes: enun montón de ocasiones suceden cosas que no estabanpremeditadas y que generan algo mejor. Al roturarlo en micabeza, se asentó esta idea de la cual me habló primeroCarlitos (Carlos Casella) y luego Silvina Grinberg. Parailustrarlo, recuerdo una vez en la que Ulrico (Eguizábal),fuera de ensayo, comienza a bailar y cantar un tema deSeducidas y abandonadas que dice “él es el chico, él esel chico, él es el chico-chico-barman” y era increíblementegracioso. Ese es un caso en el cual algo te cae <strong>del</strong> cielo yobviamente lo dejás entrar en la obra.-¿Cómo surge el título Pathos…?-De una lectura de textos para la facultad; textos griegos–por ejemplo de Aristóteles– que se centraban en lamanipulación de las emociones como área de la retóricapara el convencimiento <strong>del</strong> jurado. Me atrae mucho lamanipulación emocional desde lo escénico y como piepara la ruptura de la ilusión teatral; uno entra a la salapara emocionarse y compra lo que ve; hay un acuerdotácito que reza: “Vos hacé lo que quieras que en principiovoy a creerlo”. Me atrae romper este acuerdo y jugar conla emocionalidad en un sentido positivo; para tratar deampliarla, no para quebrarla porque sí. Pero me fui por lasramas… la idea de hablar de la emoción proviene, antesque nada, de un texto de Susanne Langer, una filósofa quesostiene que el arte tiene como finalidad poder objetivarlas subjetividades en nuestros movimientos internos. Osea, habla de una emocionalidad que es caos e imposiblede describir a su vez. Mientras el discurso se queda a unnivel intelectual, el arte genera una conexión con el interior,tal como si lo estuvieras viviendo.-Regresando al tema de lo multidisciplinario, tevalés de la palabra escrita en un rollo de panadería,de una guitarra eléctrica, de paneles móviles paracambios inesperados de escena; ¿cómo surge en tuobra la mezcla de elementos tan eclécticos?-La carrera de teatro en Córdoba es muy ecléctica eincluye tanto lo corporal como lo dramatúrgico; te abre unmundo que no tiene que ver con el <strong>del</strong> actor de la palabra.En cambio, todo alumno de la facu monta cosas que tienenque ver con la música, la imagen y lo físico; es como unalínea que se genera allí. Por mi parte, lo musical lo traía deescuchar rock y de tocar en una banda. En cuanto al cuidadode la imagen, estuve en un grupo que hacía gran hincapiéen lo escenográfico; se llamaba grupo La Piaf de Córdoba.-¿Cómo ha sido la experiencia con Paco Giménezen Córdoba?-Participé como bailarín invitado en una obra con su primergrupo, Los <strong>del</strong>incuentes comunes <strong>del</strong> teatro La cocherade Córdoba. Era una suerte de remake de un montón depiezas que habían hecho a lo largo de años. Yo hacía unasola aparición, pero que me permitió ver cómo trabajaba elPaco. Me dio un papel que él realizaba cuando era joven,pero es tan relajado que ni me dijo lo que tenía que hacer.Además, la escena era explosiva y eran todos viejos menosyo. Estaba buenísimo: el grupo giraba y yo me agarraba auna vieja o al Paco y los revoleaba al piso.-Hay algo extremo desde el cuerpo y la expresiónen todos tus trabajos, ¿no es así? Este rasgo lovolvemos a ver en tu trabajo junto al director teatralCiro Zorzoli en el ciclo 4x4x4x4 <strong>del</strong> Centro CulturalRicardo Rojas. ¿Cómo ha sido esta experiencia?-Genial. Alejandro Cervera (coordinador <strong>del</strong> área Danza enel Centro Cultural Rojas) nos convoca por distintos lugaresa ambos pues aún no nos conocíamos. Trabajar con Cirofue difícil pero buenísimo, como una relación de placer yfrustración al mismo tiempo. La pieza era un solo de danzasobre una persona en soledad y, valga la redundancia, ladanza devenía de la desesperación de alguien que está solo.A partir de esta experiencia conjunta comencé a asistir asus clases y es más ¡acabo de llegar de una de ellas! Puesbien, es ahora, después de tomar un año de sus clases queme gustaría nuevamente trabajar con él; hubo cosas queen aquel momento no solté.-A partir de tu origen en Traslasierra y tu pasaje porCórdoba capital, ¿cómo fue llegar a Buenos Aires ycambiar de ámbito?-Para mí hay una diferencia fuerte que tiene que ver conque si bien Córdoba es una ciudad grande y hay circulaciónde danza, el medio es mucho más chico que acá. Ahorapuedo visualizar cuáles son los límites <strong>del</strong> medio en BuenosAires, aún así es más grande y otorga más posibilidades.Por decirte algo: te puede ir bien en una obra under dondeno ganás dinero, pero simultáneamente entrás a trabajaren una obra comercial, que puede o no ser un éxito, perodonde pagan por mes.39 picadero