Memoria de la V Conferencia Nacional sobre Derechos Humanos

MEMORIA DE LA V CONFERENCIA NACIONAL SOBRE DERECHOS HUMANOSEsa impunidad a su vez ha afianzado la conformación de cuerpos ilegales al servicio de personaso grupos de personas para mantener fuerza y control sobre alguno de los males que anteriormente sedescribieron y para asegurarse privilegios en el caso del contrabando, el tráfico y comercialización dedrogas y estupefacientes, el tráfico y comercialización de niños, la prostitución infantil y el tráfico deemigrantes.Es de tal magnitud la fuerza de esa impunidad, que en la publicación de Human Rights Watch denominadaDerechos Humanos en Guatemala 1993 – 1994 se cita que: Los impresionantes cambiospolíticos ocurridos en 1993, que llevaron a la presidencia de Guatemala a un renombrado funcionariodefensor de los derechos humanos, han degenerado un año más tarde la confusión y esperanzas frustradas,con poco qué mostrar en relación a las promesas que el nuevo gobierno parecía ofrecer. Lasreformas iniciadas en los primeros meses de gobierno del ex Procurador de los Derechos Humanos Ramirode León Carpio, parecen ahora peligrar por falta de apoyo de alto nivel. Asimismo, miembros delas fuerzas armadas y de grupos derechistas parecen decididos a desestabilizar el gobierno a través deviolaciones espectaculares a los derechos humanos, tales como el asesinato del Licenciado EpaminondasGonzález Dubón, Presidente de la Corte de Constitucionalidad, y los ataques de masas ocurridosen marzo contra mujeres estadounidenses, sobre quienes se rumoró robaban niños guatemaltecos.El texto anterior es solamente ejemplo de la impunidad que persiste en el país, a consecuencia del poderque cuerpos ilegales o clandestinos o poderes paralelos aún tienen. Demuestra asimismo que cercade quince años después aún no se han esclarecido como debe ser los hechos ocurridos entonces.En el presente documento se mencionan la dificultades que se han tenido para acceder a los serviciosdel Estado, especialmente la justicia, que es muy lejana a ser pronta y cumplida, menos aún, incluyentede los derechos culturales, sociales, económicos y políticos de las personas indígenas.II. Derechos humanos y Estado de derechoSi se parte de la base de que los derechos humanos deben ser respetados por todas las personas que asu vez forman las instituciones de un Estado, los mismos no deben ser vulnerados de la manera en quelos hemos conocido.A partir de esa apreciación, podemos entender que para fundamentar un Estado de derecho, todoslos elementos que lo componen deben estar dentro de la legalidad, es decir, un Estado que respeta losderechos humanos fundamentales no puede a su vez vulnerar esos derechos con acciones o institucionesilegales; no permitir el funcionamiento de esos aparatos clandestinos o ilegales es una premisafundamental.Eso quiere decir que si un Estado, por hacer valer la ley viola derechos fundamentales, no es unEstado de derecho, solamente es un Estado que puede ser caótico, desorganizado y frágil. Cuando unEstado no da respuestas concretas a necesidades como la justicia, es un Estado que merece ser revisadodesde sus bases mismas.– 112 –