20.09.2018 Views

Revista Planetas prohibidos - N°15

Revista de ciencia-ficción, fantasía y terror. «Este número de Planetas Prohibidos© Año 6, se terminó de editar el dia 30 de diciembre de 2017». CONSEJO DE DIRECCIÓN Jorge Vilches, Lino Moinelo, Guillermo de la Peña y Marta Martínez EDICIÓN Y CORRECCIÓN J. Javier Arnau William E. Fleming MAQUETACIÓN Y DISEÑO James Crawford Publishing.

Revista de ciencia-ficción, fantasía y terror.
«Este número de
Planetas Prohibidos© Año 6,
se terminó de editar
el dia 30 de diciembre de 2017».
CONSEJO DE DIRECCIÓN
Jorge Vilches, Lino Moinelo,
Guillermo de la Peña y Marta Martínez
EDICIÓN Y CORRECCIÓN
J. Javier Arnau
William E. Fleming
MAQUETACIÓN Y DISEÑO
James Crawford Publishing.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

charilla unos milímetros para que esta ofreciera un receptáculo más o menos<br />

estable para depositar en el la pequeña cantidad de polvo marrón que mezclaba<br />

con dos o tres gotas de limón ayudándose para ello con el tapón de caucho<br />

negro que las jeringuillas tienen en uno de los extremos del émbolo. Tras ello<br />

medía la cantidad necesaria de agua para rellenar veinte rayas y absorbía la<br />

mezcla dentro de la chutona a través de la pequeña bola de algodón que había<br />

hecho con el filtro del Ducados, que se encendería una vez que el segundo<br />

bombeo en su vena desgastada empezara a transmitir el familiar y bien recibido<br />

picor que le recorría desde el antebrazo hasta el centro del pecho cuando<br />

la heroína comenzaba a cumplir su función. Sentado desnudo en el colchón y<br />

acariciando la escopeta como si de un animal de compañía se tratase, Fausto<br />

intentaba recordar el día que decidió dejar de trabajar y comenzó a vender<br />

los contenidos de la casa, sirviéndose como excusa para acallar a su todavía en<br />

esos días activa conciencia, de que le traían recuerdos de una vida pasada. Poco<br />

a poco, tímidamente al principio, los muebles comenzaron a mostrar siluetas<br />

donde el polvo no había llegado, rectangulares en el lugar que solía ocupar su<br />

equipo de alta fidelidad y su flamante reproductor de películas en Betamax y<br />

circulares en el punto ocupado antaño por los jarrones de Lladró que le había<br />

regalado un año a Rocío para celebrar su aniversario, a todos los gitanos les<br />

encantaban las figurillas de Lladró y había conseguido tres papelinas por ellas.<br />

Sus dedos acariciaban los gatillos mientras recordaba el día que el Santos y la<br />

Charo habían ido a su casa con la furgoneta a recoger la habitación de su hija<br />

mientras él se preparaba un chute con la escasa cantidad de heroína que le<br />

habían traído a cambio. Con el tiempo había dejado de lavarse y cortarse el<br />

cabello, de lavar la ropa y de afeitarse, de la misma manera que había dejado<br />

de limpiar la casa, Fausto no cocinaba y las pocas ocasiones en las que comía<br />

algo eran las tardes que se encontraba lo suficientemente audaz o hambriento<br />

para robar unas latas de fabada del flamante hipermercado que habían abierto<br />

al lado de su casa, o para comprarlas con las pocas monedas que hubiera conseguido<br />

escaquear ese día. Hacía tiempo que había dejado hasta de masturbarse,<br />

cosa que hacía a menudo durante los primeros meses después de que Rocío<br />

le dejara y mirándose sus fláccidos genitales se maldecía a sí mismo y sintió un<br />

odio virulento al no poder recordar cuando había tenido su última erección.<br />

Tirados al lado de la cama habían unos viejos ejemplares de Las Cartas Privadas<br />

de Pen con varias hojas pegadas como recuerdo de un tiempo en el que los<br />

pequeños testículos de Fausto aún eran capaces de generar la testosterona necesaria<br />

para producir espermatozoides, aunque ahora tan solo las utilizaba para<br />

limpiarse el culo en las pocas ocasiones en las que conseguía cagar a gusto, ya<br />

que sus entrañas se hallaban eternamente constipadas a causa del estreñimiento<br />

que el opio y sus derivados producen. Fausto nunca había estado seguro de<br />

nada pero en esos instantes estaba bien seguro de un hecho, antes de que terminara<br />

el día se encontraría muerto. Pensaba y trataba de imaginar cómo su<br />

37

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!