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PROMESA DE PERDÓN
¡Cuán pesaGa es la carga de la culpa! Cometemos una falta o pecado
importa de qué dimensión-, y el cosquilleo de la culpa nos quita la tranquilidad.
Nos damos cuenta de nuestra necesidad de paz y de perdón. Y ese
. éfdón que tranquiliza la conciencia es posible. Notemos la hermosa pro
-e s a que Dios formula sobre este tema
“Aunque vuestros pecados
isan como la grana, como la nieve
serán emblanquecidos. Aunque
sean rojos como el carmesí,
vendrán a ser como blanca lana“
isaias 1:18). Cualquiera que sea la
ndole de nuestras caídas, el Señor
sromete total perdón para ellas
Dios es un pintor maravilloso.
Pinta de azul el cielo, de verde la
hierba del campo, y de variados colores
las flores del jardín Pero nunca
pinta tan bien como cuando pinta
de blanco e¡ corazón de la persona a
la cual él perdona. Realmente, Dios
“es amplio en perdonar"(Isaías SS 7)
Si bien Dios aborrece el pecado,
ama y perdona al pecador. El nos
promete; "Yo borro tus rebeliones*
"no me acordaré de tus pecados“
(Isaías 43 25)' No importa cuáles o
cuántas hayan sido tus faltas, si tu
arrepentimiento es sincero, te alcanza
la amorosa promesa del Señor: "Si
confesamos nuestros pecados, Dios
es fiel y ¡usto para perdonar nuestros
pecados; y limpiarnos de toda
maldad“ (1S . Juan 1.9)
Querida muchacha consultante,
a tu edad de 19 años, Dios quiere
quitar la culpa de tu alma para darte
tranquilidad y legítima alegría juvenil
Y con tu alegría, también re
gresará el optimismo a tu corazón
Mirarás tu futuro con una Visión
positiva. jTu¡uventud cambiará para
siempre1 iQué maravilloso estímulo
de optimismo infunden las promesas
divinas de perdón!
Y esto vale no solamente para la
joven aludida. Vale también para ti
y para mí. Cuando el perdón de Dios
nos pone en paz con él y con nosotros
mismos, terminamos siendo
felices y confiadamente optimistas
La fuerza del bien se impone asi en
nuestro corazón iCuánto perdemos
entonces cuando el remordimiento
o el amor propio nos impide
pedir perdón!
Estímulos que renuevan el corazón 12.1