6. Enrique Chaij. Como vivir con optimismo

OPTIMISTA AL ENSEÑAR
Bien podríamos llamar a Jesús el "Maestro dei optimismo” En todas sus
enseñanzas se encuentran los elevados principios para tonificar el ánimo y
alegrar el corazón. Sobre todo, sus palabras presentan ei camino de la vida
eterna. Por esoala gente lo escuchaba rtpiaitadnrantp horas,yse reunía
en grandes multitudes para absorber sus vgxdadesjje aliento y de gracia.
Tomemos por caso las “Bienaventuranzas”, con las cuales el Maestro comienza
su inmortal Sermón del Monte. Allí está presente su palabraanimadora
para los humildes y los dolientes del mundo, como también para los rectos
de corazón A los humildes de espíritu, Jesús los llama “bienaventurados",
"porque de ellos es el reino de los cielos” Y a los que lloran les dice que serán
consolados”(S. Mateo 53,4). Con tal enseñanza positiva, ¡cómo Jesús no iba a
encender la esperanza y el optimismo en la vida de sus oyentes!
Y, cuando el Maestro llamó a la gente “sal de la tíerrá’y “luz del mundo
de nuevo sembró la simiente de la dignidad humana, y de la autoesti~E
para la salud emocional. Quien iba abatido a escucjia i-a )esú5..££gL£S¿:.¿
con su ánimo curado_Quien se sentía incom^rendido o desmerecido re:
bla de Jesús el tónico que su alma necesitaba Nadie quedaba igual desg^d.
rip psrnrhar las elevadoras palabras de Jesús.
Recordemos también algunas de las parábolas ce
Maestro. Con ellas estimulaba el espíritu de sus oye*
tes. Allí están, por ejemplo, las parábolas de la most¿::
y la levadura (S. Mateo 1331-3S). En ambas, se destaca
la acción sobrenatural de Dios, quien con poco Io í'í
grandes resultados. La pequeñez del grano de mostarz
se convierte en el árbol que da albergue a las aves ir
cielo Y la levadura actúa en la harina de modo invis : e
y silencioso, y la masa queda admirablemente leudar ¿
Cuando la gente entendía la lección de estas paráb: : :
y de tantas otras, se llenaba de ánimo y de una actit*.:
positiva para llevar las cargas de la vida El optim 5~ :
se encendía en sus corazones