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¡Qué extraordinaria capacidad tuvo el Señor para distinguir la necesidad
más profunda del paralítico*S¡mpatizó con él, v le sanó primero e l
corazón Lo llenó de esperanza, y puso luego en movimiento sus múscullos
donrríHoTT/astá hoy jesús quiere vernossanós 'por dentro y por fuera Su
poder y j iLQD ti mismo para sanar siguen siendo iguales Nos ofrece el perdón
completo (5. Lucas 2334, Isaías 1:18), y el vigor físico para disfrutar más
de la vida {Isaías 40:2831)
e ¿Estás padeciendo algún abatim iento o alguna desesperanza? ¿Te es
adverso el am biente de tu trabajo? ¿Necesitas más arm onía en tu hogar?
¿Sientes que alguna dolencia física o espiritual te está debilitando? La ac-
ción positiva de jesús puede sanar
todo mal Con su optimismo quiere
encender el tuyo, y con su amor
quiere llenarte de felicidad,
Otro ejemplo extraordinario
de recuperación hum ana tiene que
ver con aquella mujer tom ada en
adulterio y acusada frente a Jesús
(S Juan 83-11). Sus acusadores comenzaron
a injuriar públicam ente
a la mujer, y creyeron que debía ser
apedreada Pero, al descubrir la vileza
de ellos, Jesús les dijo: "El que de
vosotros esté sin pecado■, tírele la
primera piedra".
Y, dichas estas palabras, los
hombres se fueron yendo uno tras
otro, hasta quedar sosamente Jesús
y la mujer Entonces el Maestro le
preguntó a ella: "¿Dónde están los
que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?*
Y ella contestó: "Ninguno,
Señor" "N¡ yo te condeno -le dijo
Jesús, y añadió-: Vete, y desde ahora
no peques más* Un solo gesto despreciativo
o una sola palabra condenatoria
de parte de Jesús habría
dejado hundida para siempre a esa
mujer pecadora Pero el Señor le extendió
su perdón, y le señaló con optimism
o el cam ino de una vida nueva
Y la mujer abandonó su pecado
y se convirtió en una leal seguidora
del Maestro.
¡Cuán alentador es saber que
hasta hoy Jesús perdona al pecador
y lo levanta de sus caídas1 Porque
él no vino "para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea s¿ -
vo por él“ (S Juan 3.17). ¿Has tenidc
deslices, incorrecciones y falta;
diversas en tu vida? 1N0 te quedes
hundido o hundida en tus p ecad a
y tus culpas' Ve al Señor y ruega s_
perdón, y él te lo dará con amor Lo;
hombres m alintencionados de antaño
llevaron a la mujer pecadora
delante de Jesús para avergonzar ¿
y hum illarla, sin im aginar que se-