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ELÍAS
Como profeta de Dios, Elias había protagonizado hechos extraordinarios.
Había condenado la maldad y había enseñado el camino del bien
Hasta que llegó el día en que tuvo que enfrentaral paganismo imperante
y a los falsos profetas del dios Baal que lo promovían*Estos profetas no
habían hecho otra cosa que engañar a la gente y apartarla del Dios verdadero
Como resultado, se había impuesto la peor inmoralidad
• Entonces, Elias organizó una
gran reunión En ella todo el pueblo
de Israel quedó convencido del
engaño de los falsos profetas Allí
fueron desenmascarados como los
corruptores de la nación
Pero la impía reina Jezabel se llenó de ira y amenazó
con matar al profeta Elias y aquí viene lo insólito al
enterarse de la amenaza real, Elias se llenó de un temor
tan espantoso que hasta le pidió a Dios que le quitara la
vida Antes, tan decidido y valeroso, y ahora tan aterrado
frente a la amenaza de la reina. Pero Dios se acercó a
su abatido profeta y, en lugar de quitarle la vida, le quitó
el temor de su corazón Le devolvió su anterior valor, y
pasó así del más hondo pesimismo al más confiado optimismo,
virtud que conservó el resto de sus días
La historia del profeta Elias aparece de manera
completa en i Reyes 18:20 a 19:18 Como hombre de
gran fe y osado celo por Dios, Elias fácilmente ocupa
un lugar entre los profetas más grandes. La alta estima
en la que lo han tenido los judíos de siglos posteriores
se evidencia por la expectativa popular, basada en la
predicción de Malaquías 4:5 y 6, de que el profeta regresaría
a la tierra para anunciar la inminente aparición
del Mesías
El cambio anímico tan llamativo
en la vida de Elias muestra cuán fácilmente
podemos llegar a ser presa
del temor, para luego caer en el pesimismo
y la depresión ¿No te ha
pasado esto alguna vez? ¡Somos tan
frágiles, tan sensibles, y tan cambiantes!
Cuando no es la inseguridad
pública, puede ser la amenaza
de algún enemigo, la presencia de
alguna enfermedad o la pérdida de
un ser querido... Reales o imaginarios,
los motivos que pueden provocarnos
temor son muchos... Pero
ante todos ellos, podemos decir: “El
Señor es mi ayudador No temeré lo
que me pueda hacer el hombre” (Hebreos
13:6)
Junto a Dios desaparecen los temores,
y nace el brillo del optimis
mo y de la seguridad Eso le pasó al
profeta Elias, y ¡también te puede
pasar a ti! Pruébalo, confiando en
Dios y pidiendo su ayuda.