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Guerras de los Ángeles

Hay una contienda entre las fuerzas del bien y las del mal, entre los ángeles leales y los infieles. Cristo y Satanás no concuerdan y jamás podrán hacerlo. En cada época la verdadera iglesia de Dios ha librado una lucha contra las agencias del mal. Y esta pugna, entre los ángeles malignos y las personas malvadas, por un lado, contra los ángeles del cielo y los verdaderos creyentes, por el otro; ha de continuar hasta el fin del conflicto. Esta violenta batalla incrementará su fiereza a medida que se acerque el fin. A los que se han unido a los agentes satánicos, el Señor los ha designado como hijos de las tinieblas. No existe, ni podrá existir, enemistad natural entre los ángeles caídos y los seres humanos caídos. Ambos son malvados. Por causa de la apostasía ambos abrigan malos sentimientos. Los ángeles malvados y los impíos se han asociado en una confederación desesperada en contra del bien. Satanás sabía que si podía inducir a la raza humana a unirse con él y su rebelión, como lo había hecho con los ángeles, conformaría una poderosa fuerza con la cual podría llevar adelante su rebelión. En medio de las huestes del mal reina la irritación y las rencillas, sin embargo, todos están firmemente aliados en la lucha contra el Cielo.

Hay una contienda entre las fuerzas del bien y las del mal, entre los ángeles leales y los infieles. Cristo y Satanás no concuerdan y jamás podrán hacerlo. En cada época la verdadera iglesia de Dios ha librado una lucha contra las agencias del mal. Y esta pugna, entre los ángeles malignos y las personas malvadas, por un lado, contra los ángeles del cielo y los verdaderos creyentes, por el otro; ha de continuar hasta el fin del conflicto. Esta violenta batalla incrementará su fiereza a medida que se acerque el fin. A los que se han unido a los agentes satánicos, el Señor los ha designado como hijos de las tinieblas. No existe, ni podrá existir, enemistad natural entre los ángeles caídos y los seres humanos caídos. Ambos son malvados. Por causa de la apostasía ambos abrigan malos sentimientos. Los ángeles malvados y los impíos se han asociado en una confederación desesperada en contra del bien. Satanás sabía que si podía inducir a la raza humana a unirse con él y su rebelión, como lo había hecho con los ángeles, conformaría una poderosa fuerza con la cual podría llevar adelante su rebelión. En medio de las huestes del mal reina la irritación y las rencillas, sin embargo, todos están firmemente aliados en la lucha contra el Cielo.

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<strong>Guerras</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Ángeles</strong><br />

“Las ciuda<strong>de</strong>s y <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> constituyen una parte <strong>de</strong> la viña <strong>de</strong>l Señor. Deben escuchar<br />

el mensaje <strong>de</strong> advertencia. El enemigo <strong>de</strong> la verdad está haciendo esfuerzos <strong>de</strong>sesperados<br />

para apartar al pueblo <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong> Dios a fin <strong>de</strong> que vaya en procura <strong>de</strong> falseda<strong>de</strong>s...<br />

Habéis <strong>de</strong> sembrar junto a todas las aguas.—Notas Biográficas <strong>de</strong> Elena G. <strong>de</strong> White, 230.<br />

{VAAn 256.3}<br />

En mi trabajo, estoy en comunicación con mis ayudantes, y muy cerca <strong>de</strong> mi Instructor<br />

y otras inteligencias celestiales. Aquel<strong>los</strong> que son llamados por Dios, <strong>de</strong>bieran estar<br />

comunicados con él mediante la operación <strong>de</strong> su Santo Espíritu, para que puedan ser<br />

enseñados por él.—Spaulding and Magan Collection, 462. {VAAn 257.1}<br />

Mientras viajaba en el carruaje no podía estar sentada; mi esposo me hizo una cama<br />

sobre el asiento y me acosté, sintiendo dolores <strong>de</strong> cabeza y <strong>de</strong> corazón... Con ese estado<br />

mental, me dormí, y soñé que un ángel <strong>de</strong> elevada estatura se puso a mi lado y me preguntó<br />

por qué estaba triste. Compartí con él <strong>los</strong> pensamientos que me afligían, y dije: “Mi trabajo<br />

es <strong>de</strong> poco resultado; ¿por qué no po<strong>de</strong>mos estar con nuestros hijos y gozar <strong>de</strong> su<br />

compañía?” Y él contestó: “Tú has ofrecido al Señor dos hermosas flores, cuya fragancia<br />

es tan dulce como el incienso ante él. Son más preciosas a su vista que el oro y la plata,<br />

porque es una ofrenda <strong>de</strong>l corazón. Ningún otro sacrificio toca una fibra más íntima. No<br />

<strong>de</strong>bieras mirar a las presentes circunstancias, sino mantener tu mirada en el <strong>de</strong>ber, en la<br />

gloria <strong>de</strong> Dios, y en seguir <strong>los</strong> pasos <strong>de</strong> su Provi<strong>de</strong>ncia, y el camino se iluminará <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong> ti. Cada acto <strong>de</strong> renunciamiento, cada sacrificio es fielmente registrado y traerá su<br />

recompensa.—Spiritual Gifts 2:129-130. {VAAn 257.2}<br />

Soñé que un joven <strong>de</strong> noble apariencia llegó a la habitación don<strong>de</strong> yo estaba <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haber hablado. Este mismo ser, había aparecido ante mí <strong>de</strong> tiempo en tiempo, durante<br />

<strong>los</strong> últimos veintiséis años, para darme instrucción mediante importantes sueños. Me dijo:<br />

“Has llamado la atención <strong>de</strong> la gente a temas importantes que, en su mayoría, son nuevos<br />

y extraños para el<strong>los</strong>. A algunos, les resultan intensamente interesantes. Los obreros <strong>de</strong> la<br />

Palabra y la doctrina, han hecho todo lo posible por presentar la verdad. Se ha <strong>de</strong>spertado<br />

el interés y se han levantado preguntas en sus mentes. Pero a menos que se haga un más<br />

completo esfuerzo para fijar estas impresiones en sus mentes, vuestro trabajo podría<br />

quedar prácticamente sin frutos.—The Review and Herald, 4 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1875.<br />

{VAAn 257.3}<br />

Se me ha preguntado frecuentemente cómo es mi estado durante una visión. Diré que<br />

cuando el Señor consi<strong>de</strong>ra oportuno darme una visión, soy llevada a la presencia <strong>de</strong> Jesús<br />

y <strong>de</strong> <strong>los</strong> ángeles, y pierdo la noción <strong>de</strong> las cosas terrenales. No veo más allá <strong>de</strong> lo que el<br />

ángel me indica.—Spiritual Gifts 2:292. {VAAn 258.1}<br />

La batalla <strong>de</strong> Manassas<br />

Tuve una visión <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sastrosa batalla <strong>de</strong> Manassas, Virginia. Fue una escena tensa y<br />

nerviosa. Los ejércitos <strong>de</strong>l Sur tenían todo a su favor y estaban preparados para una lucha<br />

terrible. Los ejércitos <strong>de</strong>l Norte se movían triunfantes, sin dudar que serían victoriosos.<br />

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