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Guerras de los Ángeles

Hay una contienda entre las fuerzas del bien y las del mal, entre los ángeles leales y los infieles. Cristo y Satanás no concuerdan y jamás podrán hacerlo. En cada época la verdadera iglesia de Dios ha librado una lucha contra las agencias del mal. Y esta pugna, entre los ángeles malignos y las personas malvadas, por un lado, contra los ángeles del cielo y los verdaderos creyentes, por el otro; ha de continuar hasta el fin del conflicto. Esta violenta batalla incrementará su fiereza a medida que se acerque el fin. A los que se han unido a los agentes satánicos, el Señor los ha designado como hijos de las tinieblas. No existe, ni podrá existir, enemistad natural entre los ángeles caídos y los seres humanos caídos. Ambos son malvados. Por causa de la apostasía ambos abrigan malos sentimientos. Los ángeles malvados y los impíos se han asociado en una confederación desesperada en contra del bien. Satanás sabía que si podía inducir a la raza humana a unirse con él y su rebelión, como lo había hecho con los ángeles, conformaría una poderosa fuerza con la cual podría llevar adelante su rebelión. En medio de las huestes del mal reina la irritación y las rencillas, sin embargo, todos están firmemente aliados en la lucha contra el Cielo.

Hay una contienda entre las fuerzas del bien y las del mal, entre los ángeles leales y los infieles. Cristo y Satanás no concuerdan y jamás podrán hacerlo. En cada época la verdadera iglesia de Dios ha librado una lucha contra las agencias del mal. Y esta pugna, entre los ángeles malignos y las personas malvadas, por un lado, contra los ángeles del cielo y los verdaderos creyentes, por el otro; ha de continuar hasta el fin del conflicto. Esta violenta batalla incrementará su fiereza a medida que se acerque el fin. A los que se han unido a los agentes satánicos, el Señor los ha designado como hijos de las tinieblas. No existe, ni podrá existir, enemistad natural entre los ángeles caídos y los seres humanos caídos. Ambos son malvados. Por causa de la apostasía ambos abrigan malos sentimientos. Los ángeles malvados y los impíos se han asociado en una confederación desesperada en contra del bien. Satanás sabía que si podía inducir a la raza humana a unirse con él y su rebelión, como lo había hecho con los ángeles, conformaría una poderosa fuerza con la cual podría llevar adelante su rebelión. En medio de las huestes del mal reina la irritación y las rencillas, sin embargo, todos están firmemente aliados en la lucha contra el Cielo.

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<strong>Guerras</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Ángeles</strong><br />

envolvían al Dios eterno, caían sobre él.—Historia <strong>de</strong> <strong>los</strong> Patriarcas y Profetas, 13.<br />

{VAAn 30.4}<br />

[Lucifer] había sido el más alto <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> seres creados y el primero en revelar <strong>los</strong><br />

propósitos <strong>de</strong> Dios al universo.—El Deseado <strong>de</strong> Todas las Gentes, 706. {VAAn 30.5}<br />

Antes que el mal se originara<br />

Entre la hueste angélica existía paz y gozo, en perfecta sumisión a la voluntad <strong>de</strong>l cielo.<br />

El amor a Dios era supremo y el amor entre uno y otro era imparcial. Tal era la condición<br />

que existía por sig<strong>los</strong> antes <strong>de</strong> la entrada <strong>de</strong>l pecado.—The Spirit of Prophecy 4:316-<br />

317. {VAAn 30.6}<br />

[Lucifer] tenía conocimiento <strong>de</strong>l inestimable valor <strong>de</strong> las riquezas eternas que el<br />

hombre no poseía. Había experimentado la paz, el puro contentamiento, la completa<br />

felicidad y <strong>los</strong> in<strong>de</strong>cibles gozos <strong>de</strong> las moradas celestes. Había sentido, antes <strong>de</strong> su<br />

rebelión, la satisfacción <strong>de</strong> recibir la completa aprobación <strong>de</strong> Dios. Había contemplado y<br />

apreciado plenamente la gloria que ro<strong>de</strong>aba al Padre, y sabía que no hay límite al po<strong>de</strong>r<br />

divino.—The Signs of the Times, 4 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1887. {VAAn 30.7}<br />

Hubo un tiempo en el que... [Satanás] se gozaba en ejecutar <strong>los</strong> divinos mandatos. Su<br />

corazón estaba lleno <strong>de</strong> amor y gozo por servir a su Creador.—The Signs of the Times,<br />

18 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1893. {VAAn 31.1}<br />

Satanás era un ángel exaltado y hermoso, y hubiera permanecido así por siempre si no<br />

hubiese retirado su alianza con Dios.—The Signs of the Times, 21 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1891.<br />

{VAAn 31.2}<br />

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