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El Asegurador 15 Dic 23

En esta edición, Jesús Hernández, CEO de WeeCompany señala en entrevista que el consumidor de seguros en la actualidad no está a la espera ni del surgimiento de nuevas compañías ni que éstas sean totalmente digitales, sino que las que hay tengan la disposición de alternar entre la tecnología y lo tradicional. Asimismo, Eugenia Martínez, directiva de Fitch Ratings opina que SisNova hoy paga el precio de crecer en primas pero descuidando la rentabilidad, y, finalmente, una encuesta de Limra resalta cómo los temores financieros motivan o inhiben la compra de seguros de Vida.

En esta edición, Jesús Hernández, CEO de WeeCompany señala en entrevista que el consumidor de seguros en la actualidad no está a la espera ni del surgimiento de nuevas compañías ni que éstas sean totalmente digitales, sino que las que hay tengan la disposición de alternar entre la tecnología y lo tradicional.

Asimismo, Eugenia Martínez, directiva de Fitch Ratings opina que SisNova hoy paga el precio de crecer en primas pero descuidando la rentabilidad, y, finalmente, una encuesta de Limra resalta cómo los temores financieros motivan o inhiben la compra de seguros de Vida.

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Ciudad de México / <strong>Dic</strong>iembre <strong>15</strong>, 20<strong>23</strong>.<br />

#Opinión<br />

dimos con la periodicidad prevista. <strong>El</strong><br />

desempeño puede acabar siendo una<br />

conducción de las velas conforme sople<br />

el viento.<br />

No es raro que esa experiencia se dé<br />

en la vida personal y familiar. Desviarse<br />

de la dirección deseada no es difícil.<br />

Perfilamos un destino y luego, como capitanes<br />

de nuestro propio destino, caemos<br />

en el juego de tomar el timón para<br />

ir hacia mares tranquilos que prometen<br />

sosiego sustentado en las emociones,<br />

alejándonos de los planes previstos.<br />

Si el timón es manejado fuera de las<br />

condiciones necesarias y suficientes<br />

para acercarse al destino, para ir cumpliendo<br />

con el propósito, iremos a la<br />

deriva cayendo víctimas de sensaciones<br />

que pierden de vista el logro del objetivo,<br />

lo que en mucho podría estar debiéndose<br />

a la poca importancia que le demos<br />

con Genuario Rojas<br />

Quiebras y gobierno<br />

corporativo<br />

a reglas de juego que impongan orden.<br />

<strong>El</strong> abogado Manuel García Pimentel<br />

Caraza considera que el gobierno corporativo<br />

es vital para que una empresa<br />

pueda trascender generaciones. La falta<br />

de él, dice, impide que en lo general las<br />

organizaciones no pasen de una segunda<br />

generación. Establecer reglas al respecto,<br />

y aplicarlas, se vuelve fundamental<br />

en un proyecto de esta índole.<br />

No es necesario profundizar mucho<br />

para advertir que la ausencia de acuerdos<br />

que permitan hacer altos para revisar<br />

la marcha de una empresa, de una relación,<br />

da al traste con los sueños, ya que<br />

, sin las bases firmes, éstos terminan por<br />

dar tumbos y naufragar: sean proyectos<br />

empresariales, familiares, profesionales,<br />

familiares, terminan por desfondarse.<br />

No hace mucho escuchamos decir<br />

al presidente de la Comisión Nacional<br />

En una reunión de las muchas<br />

que se llevan a cabo en esta época,<br />

saludé a una persona que ha<br />

quebrado en dos ocasiones. ¿Qué hizo<br />

para rehacerse de esas dos experiencias?<br />

“Ponerme en las manos de Dios y trabajar<br />

con más empeño que nunca. Si te<br />

tomas de la mano de Dios y te aplicas<br />

un día sí, y otro también, terminas por<br />

reponerte”, recalcó.<br />

Después me encontré con el abogado<br />

Manuel García Pimentel Caraza, quien,<br />

para hacer evidente por<br />

qué quiebran las empresas<br />

y por qué proyectos<br />

personales y familiares<br />

naufragan, simplemente<br />

dibujó una embarcación<br />

para explicar que, detrás<br />

de esos descalabros, está<br />

el comportamiento de<br />

directores generales, operadores<br />

e integrantes del<br />

consejo.<br />

Imagínate un proyecto<br />

de cualquier índole como<br />

este barco, explicó, con<br />

un director general que<br />

lo conduce, caprichosamente;<br />

una operación con<br />

gente de todos los niveles<br />

maniobrando las velas a<br />

su antojo, sabiendo que el<br />

alto mando los presionará<br />

sólo para mostrar números<br />

trimestrales que lo<br />

mantengan en la posición,<br />

y un gobierno corporativo<br />

que no actúa.<br />

Todos conocemos directores<br />

generales que<br />

toman el timón y llevan la<br />

nave hacia mares tranquilos,<br />

donde se sienten serenos,<br />

aunque a veces el que<br />

maneja de las velas los pone en aprietos<br />

y, entonces sí, al darse cuenta de que la<br />

zona de confort puede no garantizar su<br />

permanencia, buscan enderezar el rumbo<br />

y lograr resultados, a veces, apenas<br />

aceptables.<br />

En ocasiones, aquellos que tuvimos o<br />

tenemos a nuestro cargo la responsabilidad<br />

de una dirección general, caemos<br />

víctimas de esa experiencia. La zona de<br />

comodidad es muy peligrosa. Desaprovechamos<br />

no sólo las oportunidades,<br />

sino que dejamos de lado el uso inteligente<br />

y productivo del talento y de los<br />

recursos de que disponemos.<br />

No hace falta descuidar mucho la<br />

operación para toparnos con desempeños<br />

cuestionables, sobre todo, si no hay<br />

descripciones de puesto con los indicadores<br />

pertinentes o si aun teniéndolos,<br />

no los fijamos con claridad y no los mede<br />

Seguros y Fianzas (CNSF), Ricardo<br />

Ochoa Rodríguez, que los problemas<br />

de las empresas obedecen más a un gobierno<br />

corporativo débil que a carencias<br />

técnicas o de cualquier otro género.<br />

Cuando no se respeta lo esencial, afloran<br />

consecuencias a veces devastadoras.<br />

Constituir un gobierno corporativo<br />

que le dé viabilidad a una empresa es<br />

una obligación de todo consejo de administración,<br />

es una responsabilidad. No<br />

obstante, la advertencia del abogado, si<br />

todo se queda en la obligación,<br />

si no se asume la<br />

responsabilidad, ese proyecto<br />

puede convertirse<br />

en un gran problema para<br />

los empresarios, para los<br />

accionistas.<br />

Recordamos ahora a<br />

Juan Murguía Pozzi, abogado<br />

recientemente fallecido<br />

que sabía un rato<br />

largo de consejos de administración,<br />

de gobierno<br />

corporativo. Sostenía que<br />

todo el mundo debería tenerlo<br />

para manejarse con<br />

posibilidades de éxito. Se<br />

refería a empresas de todos<br />

tamaños, a familias<br />

e individuos. Haríamos<br />

bien en escuchar su orientación.<br />

Manipulemos el timón<br />

de manera proactiva y estemos<br />

al tanto de la ejecución<br />

de los procesos pertinentes,<br />

estructurando<br />

un gobierno corporativo<br />

eficiente. Si así lo hacemos,<br />

las probabilidades de<br />

lograr lo que nos proponemos<br />

se verán multiplicadas.<br />

De lo contrario, los<br />

contratiempos que enfrentemos podrán<br />

ser catastróficos.<br />

Si bien es cierto que las decisiones que<br />

se toman tienen una elevada carga emocional,<br />

un proyecto, de cualquier índole,<br />

demanda el establecimiento de un orden<br />

que se ciña a las mejores prácticas para<br />

evitar sorpresas que provoquen descrédito<br />

cuando, en todos los ámbitos, lo que<br />

suele generar e impulsar el éxito son la<br />

credibilidad y la confianza.<br />

Es digno de aplauso el cuasi heroísmo<br />

de hacer resurgir una empresa de entre<br />

las cenizas, como el ave fénix, pero lo<br />

es más procurar conducirnos siguiendo<br />

reglas de juego claras, que permitan<br />

tomar decisiones correctivas a tiempo,<br />

aunque en ese proceso haya algunas relaciones<br />

que se lastimen por depender<br />

en exceso de circunstancias meramente<br />

emocionales.

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