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Expreso <strong>Nova</strong> William Burroughs<br />
"Y yo dije: 'William, tú es loco — El botón opuesto — No me hagas mientras<br />
esperas — Cuchillo de cocina en el corazón — lo siento — Apretó el botón opuesto<br />
— Lugar malo — No good — No bueno — Empaca el caso — William tú hagas<br />
llamado de ayer — Estas láminas incoloras están vacías — Puedes mirar en<br />
cualquier lugar — Malo — No good — No bueno — Adiós Meeester William —”<br />
El truco del pez venenoso<br />
Yo viajaba con Mérito Inc. con una cuadrilla de "compradores" y con la misión<br />
de descubrir a los ladrones de tiendas — Había dos viejos coños una de ellas con<br />
ese chihuahua que gimoteaba y ladraba envuelto en un capullo de pulóveres<br />
negros y Bom Schafer Jefe de la Cuadrilla que era un norteamericano fascista<br />
lleno de chistes sobre Roosevelt — Esto ocurre en Iowa de repente oímos por la<br />
radio: "Vieja Chancha atrapada en El Cerco La Primavera Pasada" — Y Schafer<br />
dijo: "Uy de veras estamos en Patania." Esa noche paramos en Pleasentville,<br />
Iowa, y nuestros neumáticos reventaron no teníamos raciones de neumáticos<br />
durante la guerra — Y Bob se emborrachó y mostró su insignia a los locales en un<br />
restaurante junto al río — Y yo me encontré con El Marinero bajo una palmera en<br />
un tiesto del vestíbulo — La emprendimos contra los matasanos locales con "el<br />
truco del pez venenoso" —”He traído esos peces venenosos, doctor, en el tanque<br />
enviado desde Sudamérica soy ictiólogo y ya me ha picado el temible Candirú —<br />
Como fuego en la sangre ¿no es cierto? Doctor, en este momento lo estoy<br />
sintiendo — Y el Marinero inicia su Acto de la Agonía al Rojo Blanco y persigue al<br />
doctor por todo el consultorio como una antorcha encendida El nunca yerra —<br />
Pero quemó a los matasanos — Como Bob y yo cuando "tenemos un candidato"<br />
como dicen los viejos coños y arrestamos a algún lóbrego empleado con las<br />
manos bien metidas en los bolsillos de la Compañía nos turnamos para jugar al<br />
polizonte feroz y al polizonte astuto — De modo que me dirijo a un matasanos de<br />
Pleasentville y le digo que me he contagiado el Virus de Venus y estoy expuesto a<br />
disolverme en jugos venenosos y asimilar a los transeúntes si no consigo mi<br />
medicina y la tomo regularmente — Así que me acerco a ese pobre desgraciado<br />
que apesta como un montón de estiércol y despide un vaho ponderable y el tipo<br />
me dice: "¿Qué diablos le pasa?" "La Peste Venusina, doctor." "Vamos, muchacho,<br />
mi tiempo vale oro." "Doctor, este es un caso urgente." Mierda vieja, pero buena<br />
— Salí bien dopado —”Sólo tenía una inyección, Marinero." "Estás lleno de droga<br />
— Has asimilado al matasanos — Me dejas enfermo —”<br />
"Sí. Era viejo y duro pero no demasiado duro para Las Enzimas Cáusticas de<br />
Camote."<br />
El Marinero era flaco y estaban cerrando la farmacia y yo no tenía ganas de<br />
que se pusiera pesado y perturbara mis medicamentos — El matasanos que<br />
apareció después escribió con tinas de ácido erógeno a un lado y Hornos de<br />
Nagasaki al otro — Y los dos nos cargamos y nos dopamos bajo los árboles de<br />
caucho con la larga alfombra roja bajo nuestros pies y nos hicimos un viajecito<br />
hasta 1910 — Podríamos comprarla en la farmacia mañana — O acostarnos en el<br />
lavadero chino sobre el humo negro — arrastrándonos por pensiones anticuadas,<br />
salones de billar y fondines de mala muerte — De nuevo envueltos en triste carne<br />
pequeña y presuntuosa en una pensión para actores ambulantes el pobre viejo se<br />
ajusta la corbata y se perfora una vena como Cleopatra al aplicarse el áspid —<br />
Hacia atrás a través de los fríos grises artistas tramposos — densos fluctuantes<br />
espectros de sueño borracho — Vacíos bolsillos en el gastado amanecer metálico<br />
del subterráneo — Desperté en el vestíbulo del hotel el olor denso y calmo<br />
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