155(definitiva).qxd (Page 10) - Institut Metropolità del Taxi

TaxiLleure
El americano
impasible
Aunque la acción de esta película se situa en
1953, su tema no puede ser más actual; en
efecto, El americano impasible trata del surgimiento
de los Estados Unidos como
potencia mundial, tomando el relevo de los
antiguos imperios coloniales. El escenario
es la Indochina francesa en plena ofensiva
de los comunistas. A la ciudad de Saigón
llega un cooperante americano, Pyle, que se
hace amigo de un viejo periodista inglés,
Fowler (interpretado por Michael Caine, estupendo a
sus setenta años). Fowler tiene una amante vietnamita
mucho más joven que él... más o menos de la edad
de Pyle. Como Fowler no puede conseguir el divorcio
de su esposa, la chica piensa que tal vez le irá mejor
con el apuesto yanqui. Ésta es la parte sentimental de
la trama, pero lo que de veras nos cuenta la película
es el modo como los norteamericanos, desde su
embajada, van tomando sigilosamente las riendas del
país, cuando está claro que los franceses no serán
Los lunes al sol
Santa y sus colegas viven en una ciudad
del norte; se percibe gallega, pero podría
ser cántabra o vasca. Gris y húmeda, en
cualquier caso. Trabajaban en unos astilleros,
pero podrían haber sido mineros o
metalúrgicos. En cualquier caso, la industria
pesada se volvió demasiado pesada
en esta era de especulación inmobiliaria y
dinero ligero, y los soldadores como Santa sobran, por más
que rebajen salarios y regalen horas extras. Son carne de los
masivos expedientes de regulación de empleo. Santa y sus
colegas gastan su pobre indemnización en el bar, viejos prematuros
a los cuarenta y cinco años, descabalgados de la
rueda del así llamado progreso. Los lunes al sol transcurre
entre sueños de huida, créditos denegados, triquiñuelas para
sobrevivir y supervivientes que se suicidan. Un triste reverso
de la España que va bien. Una excelente película.
44 REVISTA TAXI 155 • MARÇ-ABRIL 2003
Cinema
Vídeo TV
per Marc Sanchís
capaces de aguantar. Los rojos de ayer son los iraquíes
de hoy, y el aparentemente inofensivo Pyle es en
realidad un agente de la CIA que ha venido a preparar
el camino para un golpe de estado. Cuando Fowler se
da cuenta de ambos hechos (que le van a quitar la
novia, y que el americano impasible no es quien dice
ser) deberá tomar una drástica decisión... El americano
impasible es un film interesante, bien hecho, con
escenas de guerra, atentados, investigaciones policiales,
etc. Es, desde luego, un producto de entretenimiento,
pero con sustancia. Y como decíamos al principio
de esta reseña, no es casual que haya aparecido
en estos nuestros días de fervor guerrero y ataques
preventivos. No me considero antiamericano, pero los
que hoy aplauden la campaña contra Sadam deberían
recordar que el verdadero nombre de Indochina es
Vietnam, y que los EEUU libraron allí cierta guerra de
la que no salieron precisamente bien parados. Éste es
el epílogo de la película, y créanme, amigos, da que
pensar.
Retratos de una obsesión
A Robin Williams le pasa como a todos
los actores taquilleros; le endosaron el
papel de simpático de comedia, pero
ahora que gana millones, cambia de
registro siempre que tiene ocasión para
demostrar que es un actor “de verdad”,
siguiendo la estela de Tom Hanks o
incluso –salvando las distancias– de
Robert de Niro o Meryl Streep. Aquí, pues, hace de malo,
versión psicópata obsesivo, que es un rol muy lucido, muy
en la línea del autista Dustin Hoffman de Rainman o –ya que
lo hemos citado– del tonto Fo-Fo-Fooorrest Gump. Williams
trabaja en una tienda de revelado rápido de fotografía, y se
obsesiona con una familia estupenda, guapísima y amorosa...
que es justo lo que a él le falta. Y claro, como buen psicópata,
pasa de revelarles las fotos a querer salir en ellas...
previsible, flojita, pero les salvará un sábado por la noche.