ESPECIAL TRANSPORTE URBANO - Revista Viajeros
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ocio<br />
LOS BREVES<br />
PESCADOS DEL SUR<br />
Al regresar de mi último veraneo mediterráneo, que ya queda lejos, se me ocurre<br />
hacer unas reflexiones breves – no teman otra cosa- sobre uno de sus atractivos.<br />
Me refiero a ese plato de comida que se ha popularizado en toda clase de restaurantes,<br />
y más aún en los hoy controvertidos y amenazados chiringuitos, y que se rotula<br />
como “pescaito frito”.<br />
Hace ya no pocos años publiqué un artículo titulado: “Joé con los inmaduros”. Su<br />
título, que puede parecer un poco atrevido, lo justificaba como simplificación de<br />
“Joder con los inmaduros”, interjección que brotaba ante la permanente lucha de<br />
las autoridades prohibiendo y sancionando la pesca, comercialización y consumo<br />
de los que llaman “pezqueñines”, a cuya cabeza se encuentran los chanquetes y<br />
los boquerones victorianos, esos que se preparan en manojos cogidos por la cola,<br />
formando un abanico. Desde entonces, la lucha sigue y los pequeños pececillos siguen<br />
apareciendo en no pocos lugares del litoral mediterráneo. Cuando el comensal<br />
paga la cuenta observa que los chanquetes y boquerones aparecen con extremas<br />
y disimuladas denominaciones; también es cierto que los peces consumidos carecen<br />
de la espectacular autenticidad. La verdad es que, pese a los esfuerzos de las<br />
autoridades, la presión de la demanda -los turistas y forasteros- y la poca escrupulosidad<br />
de los restauranteros –así decía Cela- cuando llega el verano, los conocedores<br />
de las respectivas zonas del litoral mediterráneo del Sur pueden solazarse<br />
con el plato de “pescaito frito” en el que ven relucir auténticos chanquetes, pequeñísimos<br />
boquerones, en fin, esos “duendecillos enanos que viven dentro del mar”,<br />
según cantaba el poeta Salvador Rueda.<br />
52 www.revistaviajeros.com<br />
Pero, sin necesidad de ser infractor ni siquiera colaborador<br />
de los infractores, en los españoles mares del<br />
Sur pueden comerse otros peces no demasiado grandes<br />
y de especial sabor que son las sardinas llamadas<br />
mariquillas. En Santurce se asan sobre las brasas y, en<br />
el Sur, ello se hace en la propia playa, en el rebalaje,<br />
otro material largo y delgado. Estas sardinas pueden<br />
también ser la base fundamental de un plato llamado<br />
moraga.<br />
En fin, que sin recurrir a los alevines y sin infringir razonables<br />
disposiciones, aún puede comerse el “pescaito<br />
frito”, aunque sin “pezqueñines” y, en todo caso,<br />
unos maravillosos espetos de sardinas.<br />
Por Enrique Mapelli,<br />
de la Real Academia<br />
de la Gastronomía.