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CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA - La Pastoral Familiar es

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Señor señala al corazón del hombre como la fuente de donde brota el movimiento de las<br />

pasion<strong>es</strong> (cf Mc 7, 21).<br />

1765 <strong>La</strong>s pasion<strong>es</strong> son numerosas. <strong>La</strong> más fundamental <strong>es</strong> el amor que la atracción del<br />

bien d<strong>es</strong>pierta. El amor causa el d<strong>es</strong>eo del bien ausente y la <strong>es</strong>peranza de obtenerlo. Este<br />

movimiento culmina en el placer y el gozo del bien poseído. <strong>La</strong> aprehensión del mal<br />

causa el odio, la aversión y el temor ante el mal que puede sobrevenir. Este movimiento<br />

culmina en la tristeza a causa del mal pr<strong>es</strong>ente o en la ira que se opone a él.<br />

1766 “Amar <strong>es</strong> d<strong>es</strong>ear el bien a alguien” (S. Tomás de A., s. th. 1-2, 26, 4). Los demás<br />

afectos tienen su fuerza en <strong>es</strong>te movimiento original del corazón del hombre hacia el<br />

bien. Sólo el bien <strong>es</strong> amado (cf. S. Agustín, Trin. 8, 3, 4). “<strong>La</strong>s pasion<strong>es</strong> son malas si el<br />

amor <strong>es</strong> malo, buenas si <strong>es</strong> bueno” (S. Agustín, civ. 14, 7).<br />

II. Pasion<strong>es</strong> y vida moral<br />

1767 En sí mismas, las pasion<strong>es</strong> no son buenas ni malas. Sólo reciben calificación<br />

moral en la medida en que dependen de la razón y de la voluntad. <strong>La</strong>s pasion<strong>es</strong> se<br />

llaman voluntarias ‘o porque <strong>es</strong>tán ordenadas por la voluntad, o porque la voluntad no<br />

se opone a ellas’ (S. Tomás de A., s. th. 1-2, 24, 1). Pertenece a la perfección del bien<br />

moral o humano el que las pasion<strong>es</strong> <strong>es</strong>tén reguladas por la razón.<br />

1768. Los sentimientos más profundos no deciden ni la moralidad, ni la santidad de las<br />

personas; son el depósito inagotable de las imágen<strong>es</strong> y de las afeccion<strong>es</strong> en que se<br />

expr<strong>es</strong>a la vida moral. <strong>La</strong>s pasion<strong>es</strong> son moralmente buenas cuando contribuyen a una<br />

acción buena, y malas en el caso contrario. <strong>La</strong> voluntad recta ordena al bien y a la<br />

bienaventuranza los movimientos sensibl<strong>es</strong> que asume; la voluntad mala sucumbe a las<br />

pasion<strong>es</strong> d<strong>es</strong>ordenadas y las exacerba. <strong>La</strong>s emocion<strong>es</strong> y los sentimientos pueden ser<br />

asumidos en las virtud<strong>es</strong>, o pervertidos en los vicios.<br />

1769 En la vida cristiana, el Espíritu Santo realiza su obra movilizando todo el ser<br />

incluidos sus dolor<strong>es</strong>, temor<strong>es</strong> y tristezas, como aparece en la agonía y la pasión del<br />

Señor. Cuando se vive en Cristo, los sentimientos humanos pueden alcanzar su<br />

consumación en la caridad y la bienaventuranza divina.<br />

1770 <strong>La</strong> perfección moral consiste en que el hombre no sea movido al bien sólo por su<br />

voluntad, sino también por su apetito sensible según <strong>es</strong>tas palabras del salmo: ‘Mi<br />

corazón y mi carne gritan de alegría hacia el Dios vivo’ (Sal 84,3).<br />

R<strong>es</strong>umen<br />

1771 El término ‘pasion<strong>es</strong>’ d<strong>es</strong>igna los afectos y los sentimientos. Por medio de sus<br />

emocion<strong>es</strong>, el hombre intuye lo bueno y lo malo.<br />

1772 Ejemplos eminent<strong>es</strong> de pasion<strong>es</strong> son el amor y el odio, el d<strong>es</strong>eo y el temor, la<br />

alegría, la tristeza y la ira.<br />

1773 En las pasion<strong>es</strong>, en cuanto impulsos de la sensibilidad, no hay ni bien ni mal<br />

moral. Pero según dependan o no de la razón y de la voluntad, hay en ellas bien o mal<br />

moral.

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