08.05.2013 Views

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA - La Pastoral Familiar es

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA - La Pastoral Familiar es

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA - La Pastoral Familiar es

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Si recib<strong>es</strong> el pan cada día, cada día para ti <strong>es</strong> hoy. Si J<strong>es</strong>ucristo <strong>es</strong> para ti hoy, todos los<br />

días r<strong>es</strong>ucita para ti. ¿Cómo <strong>es</strong> <strong>es</strong>o? 'Tú er<strong>es</strong> mi Hijo; yo te he engendrado hoy' (Sal 2,<br />

7). Hoy, <strong>es</strong> decir, cuando Cristo r<strong>es</strong>ucita (San Ambrosio, sacr. 5, 26).<br />

2837 "De cada día". <strong>La</strong> palabra griega, "epiousios", no tiene otro sentido en el Nuevo<br />

T<strong>es</strong>tamento. Tomada en un sentido temporal, <strong>es</strong> una repetición pedagógica de "hoy" (cf<br />

Ex 16, 19-21) para confirmarnos en una confianza "sin r<strong>es</strong>erva". Tomada en un sentido<br />

cualitativo, significa lo nec<strong>es</strong>ario a la vida, y más ampliamente cualquier bien suficiente<br />

para la subsistencia (cf 1 Tm 6, 8). Tomada al pie de la letra [epiousios: "lo más<br />

<strong>es</strong>encial"], d<strong>es</strong>igna directamente el Pan de Vida, el Cuerpo de Cristo, "remedio de<br />

inmortalidad" (San Ignacio de Antioquía) sin el cual no tenemos la Vida en nosotros (cf<br />

Jn 6, 53-56) Finalmente, ligado a lo que precede, el sentido cel<strong>es</strong>tial <strong>es</strong> claro: <strong>es</strong>te "día"<br />

<strong>es</strong> el del Señor, el del F<strong>es</strong>tín del Reino, anticipado en la Eucaristía, en que pregustamos<br />

el Reino venidero. Por <strong>es</strong>o conviene que la liturgia eucarística se celebre "cada día".<br />

<strong>La</strong> Eucaristía <strong>es</strong> nu<strong>es</strong>tro pan cotidiano. <strong>La</strong> virtud propia de <strong>es</strong>te divino alimento <strong>es</strong> una<br />

fuerza de unión: nos une al Cuerpo del Salvador y hace de nosotros sus miembros para<br />

que vengamos a ser lo que recibimos... Este pan cotidiano se encuentra, además, en las<br />

lecturas que oís cada día en la Igl<strong>es</strong>ia, en los himnos que se cantan y que vosotros<br />

cantáis. Todo <strong>es</strong>o <strong>es</strong> nec<strong>es</strong>ario en nu<strong>es</strong>tra peregrinación (San Agustín, serm. 57, 7, 7).<br />

El Padre del cielo nos exhorta a pedir como hijos del cielo el Pan del cielo (cf Jn 6, 51).<br />

Cristo "mismo <strong>es</strong> el pan que, sembrado en la Virgen, florecido en la Carne, amasado en<br />

la Pasión, cocido en el Horno del sepulcro, r<strong>es</strong>ervado en la Igl<strong>es</strong>ia, llevado a los altar<strong>es</strong>,<br />

suministra cada día a los fiel<strong>es</strong> un alimento cel<strong>es</strong>tial" (San Pedro Crisólogo, serm. 71)<br />

V Perdona nu<strong>es</strong>tras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos<br />

ofenden<br />

2838 Esta petición <strong>es</strong> sorprendente. Si sólo comprendiera la primera parte de la frase,<br />

-"perdona nu<strong>es</strong>tras ofensas"- podría <strong>es</strong>tar incluida, implícitamente, en las tr<strong>es</strong> primeras<br />

peticion<strong>es</strong> de la Oración del Señor, ya que el Sacrificio de Cristo <strong>es</strong> "para la remisión de<br />

los pecados". Pero, según el segundo miembro de la frase, nu<strong>es</strong>tra petición no será<br />

<strong>es</strong>cuchada si no hemos r<strong>es</strong>pondido ant<strong>es</strong> a una exigencia. Nu<strong>es</strong>tra petición se dirige al<br />

futuro, nu<strong>es</strong>tra r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>ta debe haberla precedido; una palabra las une: "como".<br />

Perdona nu<strong>es</strong>tras ofensas...<br />

2839 Con una audaz confianza hemos empezado a orar a nu<strong>es</strong>tro Padre. Suplicándole<br />

que su Nombre sea santificado, le hemos pedido que seamos cada vez más santificados.<br />

Pero, aun rev<strong>es</strong>tidos de la v<strong>es</strong>tidura bautismal, no dejamos de pecar, de separarnos de<br />

Dios. Ahora, en <strong>es</strong>ta nueva petición, nos volvemos a él, como el hijo pródigo (cf Lc 15,<br />

11-32) y nos reconocemos pecador<strong>es</strong> ante él como el publicano (cf Lc 18, 13). Nu<strong>es</strong>tra<br />

petición empieza con una "conf<strong>es</strong>ión" en la que afirmamos al mismo tiempo nu<strong>es</strong>tra<br />

miseria y su Misericordia. Nu<strong>es</strong>tra <strong>es</strong>peranza <strong>es</strong> firme porque, en su Hijo, "tenemos la<br />

redención, la remisión de nu<strong>es</strong>tros pecados" (Col 1, 14; Ef 1, 7). El signo eficaz e<br />

indudable de su perdón lo encontramos en los sacramentos de su Igl<strong>es</strong>ia (cf Mt 26, 28;<br />

Jn 20, 23).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!