08.05.2013 Views

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA - La Pastoral Familiar es

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA - La Pastoral Familiar es

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA - La Pastoral Familiar es

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El terrorismo, que amenaza, hiere y mata sin discriminación <strong>es</strong> gravemente contrario a<br />

la justicia y a la caridad. <strong>La</strong> tortura, que usa de violencia física o moral, para arrancar<br />

conf<strong>es</strong>ion<strong>es</strong>, para castigar a los culpabl<strong>es</strong>, intimidar a los que se oponen, satisfacer el<br />

odio, <strong>es</strong> contraria al r<strong>es</strong>peto de la persona y de la dignidad humana. Exceptuados los<br />

casos de pr<strong>es</strong>cripcion<strong>es</strong> médicas de orden <strong>es</strong>trictamente terapéutico, las amputacion<strong>es</strong>,<br />

mutilacion<strong>es</strong> o <strong>es</strong>terilizacion<strong>es</strong> directamente voluntarias de personas inocent<strong>es</strong> son<br />

contrarias a la ley moral (cf DS 3722).<br />

2298 En tiempos pasados, se recurrió de modo ordinario a prácticas cruel<strong>es</strong> por parte de<br />

autoridad<strong>es</strong> legítimas para mantener la ley y el orden, con frecuencia sin prot<strong>es</strong>ta de los<br />

pastor<strong>es</strong> de la Igl<strong>es</strong>ia, que incluso adoptaron, en sus propios tribunal<strong>es</strong> las<br />

pr<strong>es</strong>cripcion<strong>es</strong> del derecho romano sobre la tortura. Junto a <strong>es</strong>tos hechos lamentabl<strong>es</strong>, la<br />

Igl<strong>es</strong>ia ha enseñado siempre el deber de clemencia y misericordia; prohibió a los<br />

clérigos derramar sangre. En tiempos recient<strong>es</strong> se ha hecho evidente que <strong>es</strong>tas prácticas<br />

cruel<strong>es</strong> no eran ni nec<strong>es</strong>arias para el orden público ni conform<strong>es</strong> a los derechos<br />

legítimos de la persona humana. Al contrario, <strong>es</strong>tas prácticas conducen a las peor<strong>es</strong><br />

degradacion<strong>es</strong>. Es preciso <strong>es</strong>forzarse por su abolición, y orar por las víctimas y sus<br />

verdugos.<br />

El r<strong>es</strong>peto a los muertos<br />

2299 A los moribundos se han de pr<strong>es</strong>tar todas las atencion<strong>es</strong> nec<strong>es</strong>arias para ayudarl<strong>es</strong><br />

a vivir sus últimos momentos en la dignidad y la paz. Deben ser ayudados por la oración<br />

de sus parient<strong>es</strong>, los cual<strong>es</strong> cuidarán que los enfermos reciban a tiempo los sacramentos<br />

que preparan para el encuentro con el Dios vivo.<br />

2300 Los cuerpos de los difuntos deben ser tratados con r<strong>es</strong>peto y caridad en la fe y la<br />

<strong>es</strong>peranza de la r<strong>es</strong>urrección. Enterrar a los muertos <strong>es</strong> una obra de misericordia<br />

corporal (cf Tb 1, 16-18), que honra a los hijos de Dios, templos del Espíritu Santo.<br />

2301 <strong>La</strong> autopsia de los cadáver<strong>es</strong> <strong>es</strong> moralmente admisible cuando hay razon<strong>es</strong> de<br />

orden legal o de inv<strong>es</strong>tigación científica. El don gratuito de órganos d<strong>es</strong>pués de la<br />

muerte <strong>es</strong> legítimo y puede ser meritorio.<br />

<strong>La</strong> Igl<strong>es</strong>ia permite la incineración cuando con ella no se cu<strong>es</strong>tiona la fe en la<br />

r<strong>es</strong>urrección del cuerpo (cf CIC can. 1176, 3).<br />

III <strong>La</strong> defensa de la paz<br />

2302 Recordando el precepto: ‘no matarás’ (Mt 5, 21), nu<strong>es</strong>tro Señor pide la paz del<br />

corazón y denuncia la inmoralidad de la cólera homicida y del odio:<br />

<strong>La</strong> cólera <strong>es</strong> un d<strong>es</strong>eo de venganza. ‘D<strong>es</strong>ear la venganza para el mal de aquel a quien <strong>es</strong><br />

preciso castigar, <strong>es</strong> ilícito’; pero <strong>es</strong> loable imponer una reparación ‘para la corrección de<br />

los vicios y el mantenimiento de la justicia’ (S. Tomás de Aquino, s. th. 2-2, 158, 1 ad<br />

3). Si la cólera llega hasta el d<strong>es</strong>eo deliberado de matar al prójimo o de herirlo<br />

gravemente, constituye una falta grave contra la caridad; <strong>es</strong> pecado mortal. El Señor<br />

dice: ‘Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal’ (Mt 5,<br />

22).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!