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CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA - La Pastoral Familiar es

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Existe ciertamente una verdadera ley: la recta razón. Es conforme a la naturaleza,<br />

extendida a todos los hombr<strong>es</strong>; <strong>es</strong> inmutable y eterna; sus órden<strong>es</strong> imponen deber; sus<br />

prohibicion<strong>es</strong> apartan de la falta... Es un sacrilegio sustituirla por una ley contraria; <strong>es</strong>tá<br />

prohibido dejar de aplicar una sola de sus disposicion<strong>es</strong>; en cuanto a abrogarla<br />

enteramente, nadie tiene la posibilidad de ello. (Cicerón, rep. 3, 22, 33).<br />

1957 <strong>La</strong> aplicación de la ley natural varía mucho; puede exigir una reflexión adaptada a<br />

la multiplicidad de las condicion<strong>es</strong> de vida según los lugar<strong>es</strong>, las épocas y las<br />

circunstancias. Sin embargo, en la diversidad de culturas, la ley natural permanece<br />

como una norma que une entre sí a los hombr<strong>es</strong> y l<strong>es</strong> impone, por encima de las<br />

diferencias inevitabl<strong>es</strong>, principios comun<strong>es</strong>.<br />

1958 <strong>La</strong> ley natural <strong>es</strong> inmutable (cf GS 10) y permanente a través de las variacion<strong>es</strong> de<br />

la historia; subsiste bajo el flujo de ideas y costumbr<strong>es</strong> y sostiene su progr<strong>es</strong>o. <strong>La</strong>s<br />

normas que la expr<strong>es</strong>an permanecen substancialmente valederas. Incluso cuando se<br />

llega a renegar de sus principios, no se la puede d<strong>es</strong>truir ni arrancar del corazón del<br />

hombre. R<strong>es</strong>urge siempre en la vida de individuos y sociedad<strong>es</strong>:<br />

El robo <strong>es</strong>tá ciertamente sancionado por tu ley, Señor, y por la ley que <strong>es</strong>tá <strong>es</strong>crita en el<br />

corazón del hombre, y que la misma iniquidad no puede borrar. (S. Agustín, conf. 4, 4,<br />

9).<br />

1959 <strong>La</strong> ley natural, obra maravillosa del Creador, proporciona los fundamentos sólidos<br />

sobre los que el hombre puede construir el edificio de las normas moral<strong>es</strong> que guían sus<br />

decision<strong>es</strong>. Establece también la base moral indispensable para la edificación de la<br />

comunidad de los hombr<strong>es</strong>. Finalmente proporciona la base nec<strong>es</strong>aria a la ley civil que<br />

se adhiere a ella, bien mediante una reflexión que extrae las conclusion<strong>es</strong> de sus<br />

principios, bien mediante adicion<strong>es</strong> de naturaleza positiva y jurídica.<br />

1960 Los preceptos de la ley natural no son percibidos por todos de una manera clara e<br />

inmediata. En la situación actual, la gracia y la revelación son nec<strong>es</strong>arias al hombre<br />

pecador para que las verdad<strong>es</strong> religiosas y moral<strong>es</strong> puedan ser conocidas ‘de todos y sin<br />

dificultad, con una firme certeza y sin mezcla de error’ (Pío XII, enc. "Humani generis":<br />

DS 3876). <strong>La</strong> ley natural proporciona a la Ley revelada y a la gracia un cimiento<br />

preparado por Dios y armonizado con la obra del Espíritu.<br />

II <strong>La</strong> ley antigua<br />

1961 Dios, nu<strong>es</strong>tro Creador y Redentor, eligió a Israel como su pueblo y le reveló su<br />

Ley, preparando así la venida de Cristo. <strong>La</strong> Ley de Moisés contiene muchas verdad<strong>es</strong><br />

naturalmente acc<strong>es</strong>ibl<strong>es</strong> a la razón. Estas <strong>es</strong>tán declaradas y autentificadas en el marco<br />

de la Alianza de la salvación.<br />

1962 <strong>La</strong> Ley antigua <strong>es</strong> el primer <strong>es</strong>tado de la Ley revelada. Sus pr<strong>es</strong>cripcion<strong>es</strong> moral<strong>es</strong><br />

<strong>es</strong>tán r<strong>es</strong>umidas en los Diez mandamientos. Los preceptos del Decálogo <strong>es</strong>tablecen los<br />

fundamentos de la vocación del hombre, formado a imagen de Dios. Prohíben lo que <strong>es</strong><br />

contrario al amor de Dios y del prójimo, y pr<strong>es</strong>criben lo que le <strong>es</strong> <strong>es</strong>encial. El Decálogo<br />

<strong>es</strong> una luz ofrecida a la conciencia de todo hombre para manif<strong>es</strong>tarle la llamada y los<br />

caminos de Dios, y para protegerle contra el mal:

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