08.05.2013 Views

Documento - GutenScape.com

Documento - GutenScape.com

Documento - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

los tristes pronósticos del médico no le hubiesen agravado el sentimiento por el terrible estado<br />

de la salud de su amigo. El lord, viéndolo entrar, le pregunta qué era lo que había dicho el<br />

médico: -Milord, otra sangría. -¡Ah!, no es eso lo que os pregunto, sino lo que dice de mi mal.<br />

-No le hablé sobre ello, milord; yo fío poco en dichos en que puede tener parte el interés y la<br />

vanidad. A las veces se suele agravar el de un enfermo para encarecer la habilidad; y así,<br />

milord, sosegaos y esperemos bien. -¡Temo que se me agrave la enfermedad! Este dolor no<br />

me deja sosegar.<br />

James, que entraba con un billete para el lord Som..., interrumpe su discurso, diciendo:<br />

Milord, me entrega este billete con instancia un moro que acaba de llegar y que desearía la<br />

respuesta. El lord ruega a Eusebio que lo lea y que le diga su contenido. Eusebio lo lee y le<br />

dice: Este billete, milord, os lo envía sir Eduardo Towsend, primo hermano de vuestro padre,<br />

y dice en él que habiendo servido muchos años de capitán de navío en la marina del rey, se ha<br />

visto obligado a escapar de Inglaterra con dos hijas suyas y refugiarse a París, donde recurre a<br />

vuestra piedad en el infelicísimo estado en que se encuentra, habiéndole sido confiscados sus<br />

bienes. El lord, oído esto, se altera; y, vuelto a James, le dice que no estaba para recibir<br />

recados.<br />

Sintió Eusebio esta indiferencia del lord para con un pariente suyo que se hallaba en tan<br />

infelices circunstancias. Y aunque se sentía movido a <strong>com</strong>pasión para interceder por él, pero<br />

lo contuvo la alteración que había manifestado el mismo lord, temiendo agravarle el mal.<br />

¡Que <strong>com</strong>únmente se deban manifestar los hombres más duros con sus parientes que con los<br />

extraños! ¿Será esto tal vez porque esperan granjearse concepto de aquellos que nada les<br />

pertenecen y porque se lisonjean de tenerlo ganado de aquellos necesitados de cuyo<br />

parentesco no se dignan? Pero si la consanguinidad interesa nuestra ambición y vanagloria<br />

cuando la vemos coronada, o de los honores o de la fortuna, ¿por qué razón no deberá a lo<br />

menos interesar nuestra <strong>com</strong>pasión cuando la suerte abate a nuestros allegados? La razón es<br />

clara. La vanidad todo lo corrompe.<br />

Aunque Eusebio calló por entonces para no alterarlo más, no dejó pasar con todo aquella<br />

noche sin interesarse en favor de su infeliz pariente y de sus hijas doncellas, para las cuales,<br />

antes que para el padre, pudo recabar del lord que James les llevase doce luises. Eusebio, que<br />

había velado a este fin al enfermo hasta muy tarde, luego que lo consiguió se fue a dormir;<br />

dejándolo en<strong>com</strong>endado a uno de sus criados.<br />

La calentura cobraba fuerzas a pesar de las sangrías; y Hardyl, que había ido aquella<br />

misma noche a visitar al lord, dio a Eusebio pocas esperanzas de su vida. Cargóle el dolor de<br />

costado al otro día y los médicos, hallando empeorado el mal, tuvieron su consulta en la cual<br />

resolvieron hacer avisar al enfermo del estado peligroso de su salud, para que pudiese tener<br />

tiempo de hacer el testamento y disponerse para morir. La consternación y el duelo se<br />

apoderan de los ánimos de los criados que amaban mucho a su amo: era generoso. Eusebio<br />

experimenta más que nunca la ternura del afecto que le profesaba, creciendo sus temores por<br />

la pérdida del lord en la flor de su edad, en el seno de la riqueza y de los placeres, ausente de<br />

su patria y de los suyos que lo adoraban.<br />

¿Pero quién será el que querrá encargarse de dar al enfermo esta terrible noticia? Los<br />

médicos lo rehúsan, aunque parece que ésta sea incumbencia indispensable de su profesión. El<br />

duque de D... que se profesaba muy amigo y confidente del lord, había bien sí estado el día<br />

antes a visitarlo, pero en pie y de corrida, <strong>com</strong>o visitan los perros al Nilo por temor del<br />

zarpazo del caimán. ¿Cómo podía querer detenerse a darle parte de lo que tanto le<br />

amedrentaba al mismo? James implora la bondad de Eusebio para que hiciese presente al lord<br />

la fidelidad con que le había servido tantos años.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!