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Ryke Geerd Hamer – El testamento de una Nueva Medicina

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6.1. <strong>El</strong> <strong>de</strong>curso <strong>de</strong> los anillos concéntricos, el ritmo <strong>de</strong> la naturaleza.<br />

Toda nuestra curiosidad se <strong>de</strong>spertó <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que la estudiante <strong>de</strong> biología<br />

<strong>de</strong> Viena, Helga Gergelyfi, <strong>de</strong>scubriera en su pequeño limonero la configuración<br />

concéntrica mostrada al inicio <strong>de</strong> este capítulo, suponiendo que se trataba <strong>de</strong> un<br />

Foco <strong>de</strong> <strong>Hamer</strong>. Algunos días <strong>de</strong>spués, durante un paseo conjunto, mi amiga<br />

encontró <strong>una</strong> hoja <strong>de</strong> arce con un anillo ver<strong>de</strong>. Me puse muy contento y sorprendido<br />

cuando nos encontramos con hojas provenientes <strong>de</strong> tantísimos árboles distintos que<br />

tenían anillos concéntricos, anillos ver<strong>de</strong>s y todas sus combinaciones.<br />

Era el 25 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1995. Des<strong>de</strong> hacía más o menos diez días estábamos<br />

en el “veranillo <strong>de</strong> San Miguel”, es <strong>de</strong>cir, con temperaturas estivales en el otoño<br />

tardío. Evi<strong>de</strong>ntemente el mecanismo había sido el siguiente: a primeros <strong>de</strong> octubre<br />

habíamos tenido días fríos ya, incluso con pequeñas heladas, y las hojas habían<br />

sufrido un “DHS natural”, según <strong>de</strong> la posición más o menos protegida, como suce<strong>de</strong><br />

cada otoño <strong>de</strong> modo que el árbol pierda sus partes aéreas y no sea <strong>de</strong>struido por el<br />

hielo.<br />

En aquel punto sin embargo estábamos en este “veranillo” que conllevó que se<br />

produjese nuevamente <strong>una</strong> solución parcial <strong>de</strong>l conflicto. En esta fase PCL los<br />

anillos concéntricos <strong>de</strong> las hojas se e<strong>de</strong>mizaron nuevamente, retomando el<br />

metabolismo y por lo tanto la producción <strong>de</strong> clorofila. Las señales <strong>de</strong> este<br />

metabolismo “extraordinario” eran los largos anillos ver<strong>de</strong>s, en algunos casos incluso<br />

zonas enteras ver<strong>de</strong>s. Los anillos ver<strong>de</strong>s son en parte reconocibles en los anillos<br />

concéntricos más externos. Creo, por mucho que pueda parecer muy simple a<br />

posteriori, que con la “quintaesencia”, con la quinta ley biológica natural, nos hemos<br />

topado con las huellas <strong>de</strong> las relaciones <strong>de</strong>l gran ritmo anual.<br />

En otoño: Nuestras plantas sufren <strong>una</strong> “DHS natural”, que es lo mismo que<br />

<strong>de</strong>cir un programa especial, biológico y sensato <strong>de</strong> la naturaleza. Con la<br />

simpaticotonía sensata “pier<strong>de</strong>n líquido”, es <strong>de</strong>cir, el árbol elimina agua con la<br />

evaporación y con la interrupción <strong>de</strong>l transporte <strong>de</strong> agua <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las raíces. Se no lo<br />

hiciese así, en invierno se congelaría, muriendo por tanto. Por el contrario con poca<br />

agua pue<strong>de</strong> sobrevivir al período <strong>de</strong> hielo.<br />

En primavera: Se verifica la CL (= conflictolisis), podríamos también <strong>de</strong>cir la<br />

solución conflictiva natural <strong>de</strong>l programa especial, biológico y sensato <strong>de</strong> la<br />

naturaleza: en la fase vagotónica e<strong>de</strong>matosa las plantas y los árboles absorben<br />

agua, porque sin está no pue<strong>de</strong> haber metabolismo.<br />

Tenemos que investigar todavía si las plantas tienen también crisis epileptoi<strong>de</strong>.<br />

Podría ser que tras un invierno muy duro los árboles muriesen por esta crisis<br />

epileptoi<strong>de</strong>, o al menos <strong>una</strong> parte <strong>de</strong> ellos. Ahora se necesitaría realmente hacer las<br />

correspondientes observaciones botánicas.<br />

Recientemente hemos hecho un <strong>de</strong>scubrimiento que creo que es muy<br />

importante: hemos podido observar que los microbios trabajan justo en el interior <strong>de</strong><br />

estos anillos concéntricos o Foco <strong>de</strong> <strong>Hamer</strong>, formando un agujero en la hoja o<br />

intentando reconstruirla. Sería entonces evi<strong>de</strong>nte que también en las plantas y en los<br />

árboles los microbios no tienen <strong>una</strong> “función letal”, sino sólo la función <strong>de</strong> reducir,<br />

limpiar (en las partes vegetales directas <strong>de</strong>l paleoencéfalo) y <strong>de</strong> reconstruir (en las<br />

partes vegetales directas <strong>de</strong>l neoencéfalo).<br />

En realidad <strong>de</strong>bemos dar un paso hacia atrás respecto a la presunta “nocividad<br />

<strong>de</strong> los microbios”: las plantas no son <strong>de</strong>struidas por los supuestos “parásitos”, sino<br />

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