MINISTERIOS L ID ERA Z G O ESP IRITU A L Y ... - MINTS español
MINISTERIOS L ID ERA Z G O ESP IRITU A L Y ... - MINTS español
MINISTERIOS L ID ERA Z G O ESP IRITU A L Y ... - MINTS español
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
uena expresión, a aquellos a quienes llama a que hablen en su nombre. La impaciencia<br />
querría abrir la puerta empujándola, o derribándola, pero la fe está a las órdenes del<br />
Señor, y a su debido tiempo se le da su oportunidad. Al llegar ésta es cuando nos llega<br />
nuestra prueba. Una vez ya predicando, nuestro espíritu será juzgado por el auditorio, y si<br />
fuese condenado, o si como regla general, la iglesia no fuese edificada, no debe ponerse<br />
en duda la conclusión de que no somos enviados de Dios.<br />
Las marcas y señales de un verdadero obispo, se hallan asentadas en la Palabra para guía<br />
de la Iglesia; y si al seguir tal guía, no ven los hermanos en nosotros esas cualidades, y no<br />
nos eligen para tal cargo, es bastante claro que por bien que evangelicemos, el oficio de<br />
pastor no es para nosotros. No todas las iglesias son sabias, ni todas juzgan influidas por<br />
el Espíritu Santo, sino que muchas lo hacen según la carne; con todo, yo estaría más<br />
dispuesto a aceptar la opinión de una congregación del pueblo del Señor, antes que la<br />
mía, al tratarse de un asunto tan personal como el de mis dotes y mi gracia. De todas<br />
maneras, ya sea que deis o no importancia al veredicto de la Iglesia, una cosa es cierta, y<br />
es que ninguno de vosotros podrá ser pastor sin contar con el afectuoso consentimiento<br />
del rebaño, y de consiguiente, esto será para vosotros un indicador práctico aunque no sea<br />
enteramente exacto. Si vuestro llamamiento por el Señor fuese real, no guardaréis<br />
silencio largo tiempo. Tan cierto como es que el hombre necesita su hora, lo es que la<br />
hora necesita su hombre. La Iglesia de Dios siempre tiene urgente necesidad de buenos<br />
ministros: para ella un hombre es siempre más precioso que el oro de Ophir. Los pastores<br />
puramente formales, carecen de trabajo y sufren hambre, pero los ungidos del Señor<br />
nunca pueden hallarse sin ocupación, porque siempre hay oídos prontos a escucharlos<br />
que los conocerán por sus discursos, y corazones dispuestos a darles la bienvenida en el<br />
lugar señalado. Sed idóneos para vuestro trabajo, y nunca estaréis fuera de él. No corráis<br />
ofreciéndoos vosotros mismos para predicar aquí y allá; dad más importancia a vuestra<br />
aptitud, que a vuestra oportunidad, y más aún a andar en los caminos de Dios, que a<br />
ninguna otra cosa. Las ovejas conocerán al pastor enviado de Dios; el portero del redil os<br />
abrirá, y el rebaño conocerá vuestra voz.<br />
Cuando comencé esta plática, no había leído aún la admirable carta que John Newton<br />
escribió a un amigo suyo sobre este asunto; se halla tan de acuerdo con mis ideas, que a<br />
riesgo de que se me tenga por un copista, lo que ciertamente no soy en esta ocasión, voy a<br />
leeros la carta:<br />
"Vuestro caso me trae a la memoria el mío; mis primeros deseos hacia el ministerio,<br />
fueron acompañados de grandes incertidumbres y dificultades, y la perplejidad de mi<br />
ánimo se aumentó por los diversos juicios de mis amigos, opuestos entre sí. El consejo<br />
que tengo que ofrecer, es el resultado de una penosa experiencia, y por esta razón, quizá<br />
no sea inaceptable para usted. Ruego lo haga útil nuestro bondadoso Señor.<br />
"Me hallaba muy preocupado, como vos lo estáis, acerca de lo que fuera o no un<br />
llamamiento propio al ministerio. Ahora me parece un punto de fácil solución; pero tal<br />
vez no lo sea así para vos, hasta que el Señor os lo haga claro en vuestro propio caso. No<br />
cuento con tiempo para decir tanto como podría. En resumen, creo que eso incluye<br />
principalmente tres cosas: