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MINISTERIOS L ID ERA Z G O ESP IRITU A L Y ... - MINTS español

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¿Tenemos el mismo espíritu de Cristo quien fue movido a llorar sobre los no arrepentidos? Si<br />

permanecemos en silencio mientras que los pecadores van al infierno, esto indica que valoramos<br />

en muy poco sus almas. ¿Acaso permitiríamos que nuestro peor enemigo sufriera así, sin hacer el<br />

mínimo esfuerzo para ayudarle? De todas las cosas que pudiese descuidar, asegúrese de no fallar<br />

en rogar, persuadir y urgir a los pecadores para que se vuelvan a Cristo para salvación.<br />

2. Siempre deberíamos estar dispuestos a aconsejar a aquellos que buscan ayuda espiritual. Como<br />

pastores deberíamos ser capaces de tratar con la salud espiritual de la gente, tal como un médico<br />

trata con la salud física de sus pacientes. El pastor debe ser capaz de resolver las dudas y las<br />

dificultades de aquellos que vienen a él. Es una lástima que muchos ministros guarden silencio<br />

sobre este aspecto de su trabajo. No solo deberíamos decir que estamos dispuestos a ayudar, sino<br />

que deberíamos animar a la gente a acudir a nosotros por ayuda espiritual. Por lo tanto, asegúrese<br />

de estar bien preparado para dar un buen consejo en todos los asuntos espirituales, especialmente<br />

en aquellos que tienen que ver con la salvación. Una buena palabra de consejo puede ser de más<br />

ayuda que muchos sermones.<br />

3. Debemos tener la meta de edificar a los creyentes en su fe. Esto debería ser hecho de acuerdo<br />

con la distinta condición de cada creyente.<br />

a. Muchos han sido creyentes por largo tiempo, pero se han contentado con muy poco<br />

crecimiento espiritual. Son renuentes a hacer el esfuerzo necesario para servir al Señor y crecer en<br />

la gracia. Los creyentes débiles tienen muy poco discernimiento y fácilmente son desviados del<br />

camino. Les es difícil recibir beneficio del ministerio y deleitarse en Dios y en sus caminos. Ellos<br />

no se dan cuenta de su propia inmadurez y fácilmente sucumben ante la tentación. Son de muy<br />

poca utilidad para Dios y para los demás creyentes. Su condición es tan seria que deberíamos<br />

hacer un esfuerzo especial para nutrir su fe y conducirles hacia la madurez. Los creyentes que son<br />

fuertes en la fe y el amor traen honra a Cristo. Los incrédulos son más receptivos ante el<br />

evangelio, cuando pueden ver las vidas maravillosamente cambiadas por el. Por lo tanto, es muy<br />

importante fortalecer la fe de los creyentes débiles y equiparlos para el servicio cristiano.<br />

b. Algunos creyentes necesitan ayuda especial debido a algún pecado que está impidiendo su<br />

crecimiento en la gracia. Es nuestro deber ayudarles a vencer el pecado específico que les estorba;<br />

sea el orgullo, la mundanalidad, la ambición, un temperamento fuerte, etc.. Deberíamos<br />

mostrarles la naturaleza vil de su pecado y darles direcciones que les ayuden a tratar con el. No<br />

debemos consentir el pecado en los creyentes, ni en los incrédulos. Algunos pudieran resentirse<br />

ante nuestra amonestación. Sin embargo, si queremos ser fieles a Cristo, debemos tratar firme y<br />

cariñosamente con aquellos que se han desviado.<br />

c. Otro grupo que necesita nuestra atención especial son aquellos que se han enfriado. Es trágico<br />

ver algunos creyentes que van para atrás y que traen deshonra al nombre del Señor. Debemos<br />

trabajar diligentemente para tratar de restaurarlos. El retroceso espiritual es un proceso gradual<br />

que por fin terminará en la apostasía, a menos que el Señor lo detenga. Debemos “restaurad al tal<br />

con espíritu de mansedumbre” (Gálatas 6:1, RVA). Solo que debemos asegurar que su<br />

restauración sea completa. Ellos deberían dar evidencia clara de que su arrepentimiento es<br />

genuino y deberían confesar completamente su pecado. Se necesita mucha sabiduría para tratar<br />

con estos casos.<br />

d. Finalmente, también debemos cuidar a todos aquellos que son fuertes en la fe. Ellos necesitan<br />

nuestra ayuda para mantener su vitalidad espiritual. También necesitan nuestra ayuda para hacer<br />

más progreso y ser equipados para un mayor servicio al Señor.

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