10.05.2013 Views

MINISTERIOS L ID ERA Z G O ESP IRITU A L Y ... - MINTS español

MINISTERIOS L ID ERA Z G O ESP IRITU A L Y ... - MINTS español

MINISTERIOS L ID ERA Z G O ESP IRITU A L Y ... - MINTS español

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

L E C C I Ó N 7<br />

Descaecimientos de Ánimo del Ministro<br />

Así como se ha consignado que a David en el calor de una batalla le entraba cierto<br />

desmayo, puede también decirse otro tanto de todos los siervos del Señor. Casi la<br />

generalidad de nosotros sufrimos accesos de abatimiento. Por más que nos sintamos<br />

animados, no es extraño que a intervalos se abata nuestro espíritu. Los fuertes no se<br />

sienten siempre vigorosos; los sabios no siempre listos; los animosos no siempre<br />

dispuestos a pelear, y los de buen carácter no siempre satisfechos. Puede haber aquí y allá<br />

hombres de una naturaleza de hierro en quienes el desmejoramiento no deja huellas<br />

sensibles, pero a los cuales sin embargo, tiene el orín que corroer; y esto depende de que,<br />

el Señor bien sabe, y hace que los hombres sepan que no son más que polvo. Sabiendo yo<br />

por una dolorosa experiencia lo que un profundo abatimiento de espíritu significa, puesto<br />

que lo he sufrido con no poca frecuencia, he creído que podría servir de consuelo a<br />

algunos de mis hermanos el que expusiera yo mis opiniones sobre esto, para que los<br />

jóvenes inexpertos no fueran a Imaginarse que algo extraordinario les pasaba al sentirse<br />

en ocasiones Poseídos de melancolía; y para que los más tristes se hicieran cargo de que<br />

Individuos sobre los cuales ha derramado el sol sus rayos fulgurantes de alegría, no han<br />

caminado siempre iluminados por esa deseada luz.<br />

No es necesario recurrir a citas de las biografías relativas a ministros eminentes, para<br />

probar que sufrir a intervalos paroxismos de espantosa postración, ha cabido en suerte a<br />

su mayor parte, si no es que a todos ellos. La vida de Lutero podría bastar para aducir<br />

miles de ejemplos, y de ninguna manera puede decirse que haya sido de los menos<br />

favorecidos. Su gran espíritu se remontaba a menudo al séptimo cielo de divinos raptos, y<br />

a menudo también descendía hasta los bordes de un abismo de desesperación. Ni en su<br />

lecho de muerte se halló al abrigo de estas tempestades, y se entregó sollozando a su<br />

último sueño, como se duerme un niño rendido de cansancio. Así pues, en vez de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!