Descargue la revista Estela Nº6 - Editorial Fajardo el Bravo
Descargue la revista Estela Nº6 - Editorial Fajardo el Bravo
Descargue la revista Estela Nº6 - Editorial Fajardo el Bravo
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
En 1868 <strong>el</strong> origen de <strong>la</strong> sedición estuvo en Oriente y en <strong>el</strong> Camagüey.<br />
Las Vil<strong>la</strong>s y Occidente se mantuvieron dentro de <strong>la</strong> normalidad. La<br />
compartimentación de <strong>la</strong> is<strong>la</strong> mediante trochas transversales parecía,<br />
inicialmente, una buena idea pero, <strong>la</strong>mentablemente, no fue así.<br />
Las trochas eran unas líneas de bloqueo destinadas a interceptar <strong>el</strong> paso de<br />
recursos y de personal enemigo 9 . Estas líneas estaban construidas a lo <strong>la</strong>rgo de<br />
varios kilómetros bordeadas de empalizadas, donde se había desmontado <strong>la</strong><br />
vegetación en anchuras variables, entre 40 y 200 metros aproximadamente.<br />
Estaban defendidas por fortines de madera provistos de una trinchera y con<br />
una guarnición de soldados, situados a intervalos variables, desde uno a cinco<br />
kilómetros, además, a espacios intermedios más reducidos se construyeron<br />
fortines o blocaos - construidos en madera, con un parapeto de grava- ocupados<br />
por pequeños destacamentos. De vez en cuando, a lo <strong>la</strong>rgo de los caminos, se<br />
encontraba un centro militar, constituido por un fuerte, con lugares para<br />
alojamiento, enfermería, depósitos y otras insta<strong>la</strong>ciones, estaban ocupados por<br />
retenes de cierta importancia. Los campesinos se asentaban en <strong>la</strong>s<br />
inmediaciones de estos centros originando, en ocasiones, verdaderos pob<strong>la</strong>dos.<br />
Era importante que <strong>la</strong> guarnición allí destacada, conociese bien <strong>la</strong> zona<br />
asignada para, de una forma desahogada vigi<strong>la</strong>r, informar o combatir al<br />
enemigo. Para prestar un servicio eficaz hubiese sido necesario dotar <strong>la</strong>s trochas<br />
con medios complementarios como eficaces a<strong>la</strong>mbradas, minas, alumbrado<br />
nocturno y puestos con guarniciones en aceptables condiciones de adiestramiento<br />
y salud. Todo esto era totalmente impensable en <strong>la</strong> España d<strong>el</strong> siglo XIX.<br />
Al contrario de su objetivo inicial, <strong>la</strong>s trochas se convirtieron en espacios<br />
fácilmente transitables, incluso a <strong>la</strong> luz d<strong>el</strong> día, para grupos reducidos. Sólo se<br />
convertían en zonas de difícil transito en época de lluvias, de abril a octubre.<br />
En esta época d<strong>el</strong> año, los soldados se veían obligados a pasar <strong>la</strong> mayor parte<br />
d<strong>el</strong> tiempo tumbados en sus hamacas, protegiéndose d<strong>el</strong> agua. Entonces los<br />
suministros se suspendían con frecuencia y <strong>la</strong>s evacuaciones de heridos y<br />
enfermos se hacían imposibles.<br />
Ante <strong>la</strong> cantidad de víctimas que supuso <strong>el</strong> establecimiento de esta<br />
organización defensiva, años más tarde Cajal escribiría: “¡Asombra e indigna<br />
reconocer <strong>la</strong> ofuscación y terquedad de nuestros generales y gobernantes, y <strong>la</strong><br />
increíble insensibilidad con que en todas épocas se ha derrochado <strong>la</strong> sangre<br />
d<strong>el</strong> pueblo! ¡Qué pena da pensar en <strong>la</strong> absoluta irresponsabilidad de que<br />
gozaron nuestros ineptos generales y nuestros egoístas ministros!”<br />
53