Descargue la revista Estela Nº6 - Editorial Fajardo el Bravo
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EL CARÁCTER PATRIÓTICO DE RAMÓN Y CAJAL<br />
El intenso amor a España que profesaba Santiago Ramón y Cajal, se refleja<br />
en <strong>el</strong> cumplimiento de su compromiso al servicio de <strong>la</strong>s armas y en su<br />
integridad frente al favoritismo y <strong>la</strong> corrupción con que hubo de convivir y<br />
sufrir durante su estancia en Cuba. Sus frases “<strong>la</strong> sagrada bandera Españo<strong>la</strong>”<br />
o los términos “unidad moral de <strong>la</strong> penínsu<strong>la</strong>” o “<strong>el</strong> sagrado principio de <strong>la</strong><br />
unidad nacional”, son una buena muestra de este carácter. Las citadas<br />
decepciones en su etapa militar no mermaron su patriotismo y amor a <strong>la</strong> milicia<br />
a lo <strong>la</strong>rgo de su vida. Lo podemos comprobar en sus manifestaciones ”si yo<br />
pudiera retroceder a mis veinticinco años, henchidos de patriotismo<br />
exasperado,...” o cuando recordaba a los<br />
soldados llegados de <strong>la</strong> Campaña de África<br />
en sus años infantiles: “¡Y qué soldados<br />
aqu<strong>el</strong>los! Fornidos veteranos, curtidos en<br />
<strong>la</strong>s pugnas enconadas de <strong>la</strong>s guerras civiles,<br />
luciendo en <strong>el</strong> pecho honrosas cruces, y en<br />
<strong>la</strong> tostada faz barbas y mostachos<br />
imponentes... ¡Qué contraste con los<br />
reclutas adolescentes y <strong>la</strong>mpiños de hoy,<br />
cuyo brevísimo servicio en fi<strong>la</strong>s no consiente<br />
<strong>la</strong> adquisición de instrucción militar<br />
suficiente ni en <strong>el</strong> contagio confortador d<strong>el</strong><br />
amor al regimiento y d<strong>el</strong> sentido patriótico!.<br />
En ciertas ocasiones gustaba de asistir al<br />
Café de Levante, donde mantenía algún<br />
contacto con antiguos compañeros de <strong>la</strong><br />
Campaña de Cuba que seguían <strong>la</strong> carrera<br />
Tumba de Ramón y Cajal<br />
como médicos militares. En <strong>la</strong> Peña d<strong>el</strong> Suizo,<br />
Cajal y sus amigos comentaban <strong>la</strong>s<br />
incidencias de los últimos años de <strong>la</strong> Guerra<br />
de Cuba, desde <strong>el</strong> “grito de Baire” en febrero de 1895, hasta <strong>la</strong> dec<strong>la</strong>ración de<br />
guerra de los norteamericanos <strong>el</strong> 21 de abril de 1898.<br />
El desastre colonial de 1998 puso fin a cuatrocientos años de presencia<br />
españo<strong>la</strong> en América. La pérdida de estas últimas posesiones españo<strong>la</strong>s en<br />
Ultramar, por <strong>la</strong>s que él había sacrificado parte de su vida, influyó<br />
notablemente en <strong>el</strong> ánimo de Ramón y Cajal. El desaliento le invadió,<br />
amargado con <strong>la</strong>s desdichas de España y sumido en una gran tristeza,<br />
suspendió los estudios que realizaba en esos momentos sobre <strong>la</strong> organización<br />
fundamental de <strong>la</strong>s vías ópticas y sobre los entrecruzamientos nerviosos.