Descargue la revista Estela Nº6 - Editorial Fajardo el Bravo
Descargue la revista Estela Nº6 - Editorial Fajardo el Bravo
Descargue la revista Estela Nº6 - Editorial Fajardo el Bravo
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
70<br />
majorka, de hoja muy dura, dos librillos de pap<strong>el</strong> de fumar y <strong>la</strong> posibilidad de<br />
trabajar en <strong>la</strong> cocina.<br />
Ante esa oferta aceptó y al día siguiente fue admitido en <strong>la</strong> cocina aunque<br />
<strong>el</strong> médico se lo prohibió, en un principio, por padecer disentería, pero aceptó<br />
que lo hiciera en <strong>la</strong> panadería. Allí su trabajo consistía en partir leña para <strong>el</strong><br />
horno. Cada día debía subir cinco sacos de harina, de cien kilos cada uno, de<br />
<strong>la</strong> despensa hasta <strong>la</strong> panadería, por una pequeña cuesta de setecientos metros.<br />
Y por <strong>la</strong> noche en los hornos cociendo <strong>el</strong> pan hasta <strong>la</strong>s dos de <strong>la</strong> madrugada.<br />
Era demasiado para él solo.<br />
Muy cerca de su trabajo se encontraba <strong>el</strong> lugar donde se calentaba <strong>el</strong> agua<br />
que al finalizar <strong>la</strong> jornada de trabajo, unas doce horas diarias, se repartía por<br />
todo <strong>el</strong> campamento. Era agua hervida con unas hojas que se recogían en <strong>el</strong><br />
campo, y que todos los presos debían tomar. Servía para que <strong>la</strong>s dentaduras no<br />
se cayesen o no se moviesen. Cada día debían recoger al menos 50 kilos de<br />
esas hojas, además de ortigas que servían para hacer sopa. Allí trabajaban<br />
varios de sus compañeros a los que aceptó un trato. Él les pasaba cada día<br />
raciones de pan y <strong>el</strong>los le cortaban <strong>la</strong> leña y le subían los sacos de harina. De<br />
esta manera pudo suavizar su forma de trabajo que, a partir de ese momento,<br />
consistió en amasar <strong>la</strong> harina, alimentar <strong>el</strong> horno con <strong>la</strong> leña, introducir <strong>la</strong> masa<br />
y luego extraer <strong>el</strong> pan una vez cocido. Al día eran dos hornadas de pan negro<br />
y una de pan b<strong>la</strong>nco <strong>la</strong>s que tenía que realizar.<br />
En otros campos <strong>la</strong> temperatura exterior era de treinta y cinco grados bajo<br />
cero y debían realizar trabajos forzados durante doce horas al día. Estaban en<br />
<strong>el</strong> paral<strong>el</strong>o 60 grados norte, muy cerca d<strong>el</strong> círculo po<strong>la</strong>r, y allí murieron más<br />
de veinte españoles compatriotas suyos.<br />
NUEVO TRASLADO<br />
De allí los llevaron a Dudincaya donde estuvieron hasta mayo de 1942,<br />
que hicieron <strong>el</strong> camino inverso: Krasnoyarsk, donde estuvieron en <strong>la</strong> recogida<br />
de su cosecha hasta octubre; Novosibisk, en <strong>la</strong> cárc<strong>el</strong> tres meses; en<br />
Peripob<strong>la</strong>vsk; en Armolinsk y Karaganda. En este lugar se reunieron con los<br />
españoles que estaban realizando <strong>el</strong> curso de pilotos de aviación en Moscú, y<br />
estuvieron varios meses de 1943. Luego pasaron a Espaka, denominado<br />
“Moscú número 90”, que se encontraba a cuarenta kilómetros de Karaganda.<br />
Allí estuvieron realizando faenas d<strong>el</strong> campo hasta 1946 que salieron para<br />
Odesa. Les decían que desde esa ciudad los iban a repatriar.