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53. Recibireis Poder - Truth For the End of Time

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20 de junio LA VOZ HUMANA, UN CANAL PARA LA VOZ DIVINA<br />

Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya, y os enseñaré<br />

lo que hayáis de hacer. (Exodo 4: 15).<br />

Cuando el colaborador de Cristo presenta la verdad al corazón del pecador con humildad y amor, la<br />

voz del amor habla por medio del instrumento humano. Las inteligencias celestiales trabajan con el<br />

agente humano consagrado, y el Espíritu actúa en la vida del no creyente. Dios le da al corazón la<br />

capacidad de creer y el pecador acepta la evidencia de la Palabra de Dios.<br />

Es transformado por medio de la influencia llena de gracia del Espíritu Santo y llega a ser uno con<br />

Cristo en espíritu y propósito. Sus afectos por Dios aumentan, tiene hambre de justicia y anhela ser<br />

más semejante a su Maestro. Al contemplar a Cristo, es transformado de gloria en gloria, de carácter en<br />

carácter, y se hace más y más semejante a Jesús. Se llena de amor por Cristo y de un pr<strong>of</strong>undo y<br />

ansioso amor por los que perecen, y dentro de él se forma Cristo, la esperanza de gloria. "Mas a todos<br />

los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan<br />

1: 12).<br />

Necesitamos depender más del Infinito y confiar mucho menos en los agentes humanos. Hemos de<br />

alistar a un pueblo para estar en pie en el día que Dios ha preparado; hemos de llamar la atención de<br />

los hombres a la cruz del Calvario para explicarles la razón por la cual Cristo realizó su gran sacrificio.<br />

Hemos de mostrar a los hombres que es posible para ellos volver a prestar su lealtad a Dios y<br />

obediencia a sus mandamientos. Cuando el pecador mira a Cristo como la propiciación hecha por sus<br />

pecados, háganse a un lado los hombres. Declárenle al pecador que Cristo "es la propiciación por<br />

nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo" (1 Juan 2:<br />

2).<br />

Anímeselo a buscar la sabiduría de Dios, pues por medio de la oración ferviente aprenderá el camino al<br />

Señor más perfectamente que si fuera instruido por algún consejero humano. Verá que fue la<br />

transgresión de la ley lo que causó la muerte del Hijo de Dios infinito, y odiará los pecados que<br />

hirieron a Jesús. Al mirar a Cristo como un compasivo y tierno Sumo Sacerdote, su corazón será<br />

preservado en la contrición. Testimonios para los ministros, pp. 220, 221.

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