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53. Recibireis Poder - Truth For the End of Time

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13 de octubre OJOS QUE MIRAN HACIA EL CIELO<br />

Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor<br />

Jesucristo. (Filipenses 3: 20).<br />

¿No nos apartaremos de nuestros pecados mediante la justicia y centraremos nuestra conversación en<br />

el cielo, desde donde esperamos a nuestro Salvador? ¿No hablaremos de nuestro Salvador hasta que<br />

llegue a ser natural para nosotros ocuparnos de él ? Si no conducimos nuestra conversación en forma<br />

apropiada, no veremos la salvación de Dios. Satanás tomará posesión del corazón, y llegaremos a ser<br />

superficiales y sensuales. Elevemos nuestros pensamientos, y aferrémonos de las cosas que son de<br />

valor real, obteniendo una educación aquí que será de valor en el mundo por venir. Arrepentidos de<br />

nuestra apostasía, ¿no buscaremos al Señor con fervor, lamentando haber descuidado su Palabra, de no<br />

conocer mejor la verdad, y dirigirnos a él con todo nuestro corazón a fin de que nos sane y nos ame<br />

libremente? Demos hoy un paso en dirección al cielo...<br />

La lluvia tardía ha de caer sobre el pueblo de Dios. Un poderoso ángel descenderá del cielo, y toda la<br />

tierra será iluminada con su gloria. ¿Estamos listos para tomar parte en la gloriosa obra del tercer<br />

ángel? ¿Están nuestros vasos listos para recibir el rocío celestial? ¿Tenemos contaminación y pecado<br />

en el corazón? Si es así, limpiemos el templo interior, y preparémonos para la lluvia tardía. El<br />

refrigerio de la presencia del Señor nunca caerá sobre corazones llenos de impureza. ¡Dios nos ayude a<br />

morir al yo, para que Cristo, la esperanza de gloria, pueda ser formado en nosotros!<br />

Debo tener el Espíritu de Dios en mi corazón. Nunca puedo salir a hacer la gran obra de Dios a menos<br />

que el Espíritu Santo descanse sobre mi ser. "Como el ciervo brama por las cocientes de las aguas, así<br />

clama por ti, oh Dios, el alma mía" (Sal. 42: 1). El día del juicio está muy cercano. ¡Oh, lavemos el<br />

manto de nuestro carácter, y blanqueémoslo en la sangre del Cordero!- Review and Herald, 21 de abril<br />

de 1891.

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