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53. Recibireis Poder - Truth For the End of Time

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2 de julio AGENTES DE DIOS<br />

¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según<br />

lo que a cada uno concedió el Señor. (1 Corintios 3: 5).<br />

No todos los siervos de Dios poseen los mismos dones, pero todos son sus obreros, y deben aprender<br />

del gran Maestro para poder comunicar lo que han aprendido. Tampoco todos realizan la misma tarea,<br />

pero bajo la influencia santificadora del Espíritu Santo son agentes de Dios y como tales necesitan una<br />

diversidad de dones en su obra de rescatar servidores del ejército de Satanás.<br />

"Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme<br />

a su labor" (1 Cor. 3: 8). El Señor, y no el hombre, es el juez de las obras humanas, y él dará a cada<br />

uno su recompensa justa. No es tarea de ningún ser humano constituirse en juez entre los distintos<br />

siervos de Dios. Sólo el Señor es juez y galardonador de cada buena obra.<br />

"El que planta y el que riega son una misma cosa", y están ocupados en la misma tarea, la salvación de<br />

las personas. "Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio<br />

de Dios" (1 Cor. 3: 9). En estas palabras, la iglesia es comparada con un campo de cultivo en el cual<br />

deben trabajar los labradores cuidando las vides plantadas por el Señor, y también a un edificio que se<br />

convertirá en el santo templo del Señor. Cristo es el obrero maestro. Todos deben trabajar bajo su<br />

supervisión, permitiéndole obrar a él en favor de sus servidores, y también mediante ellos. El les da<br />

tacto y destreza, y, si obedecen sus instrucciones, coronará con éxito su labor.<br />

Nadie debe quejarse contra Dios, quien ha señalado a cada hombre su tarea. El que murmura y se<br />

enoja, el que quiere seguir su propio camino, y el que desea modelar a sus compañeros de trabajo de<br />

acuerdo con sus propias ideas, necesita el toque divino antes de estar calificado para actuar en<br />

cualquier línea de trabajo. A menos que sea transformado, seguramente echará a perder la obra.<br />

Recuerden que somos obreros junto con Dios. Él es el motor eficaz, todopoderoso. Sus siervos son sus<br />

instrumentos.- Review and Herald, 11 de diciembre de 1900.

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