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53. Recibireis Poder - Truth For the End of Time

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25 de marzo OBEDIENCIA<br />

Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;<br />

sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir (1<br />

Pedro 1: 14, 15).<br />

¿Qué es lo que Dios exige? Perfección, y nada menos que perfección. Pero, si fuéramos perfectos, no<br />

deberíamos confiar en nosotros mismos. Diariamente tenemos que entender y recordar que no<br />

podemos apoyamos en el yo. Necesitamos aferramos a las promesas de Dios con una fe vigorosa. Con<br />

una cabal comprensión de nuestra impotencia debemos pedir el Espíritu Santo. Entonces, cuando el<br />

Espíritu actúe no nos atribuyamos la gloria a nosotros mismos. Este Agente divino gratuitamente<br />

cuidará de nuestro corazón con el fin de exponerlo a los brillantes rayos del Sol de Justicia. Por<br />

intermedio de la fe seremos guardados por el poder de Dios.<br />

Cuando estemos diariamente bajo el control de su Espíritu, seremos el pueblo que guarda los<br />

mandamientos. Podremos mostrar al mundo que la obediencia a las órdenes divinas tiene su<br />

recompensa ahora, y en la bendita vida futura. A pesar de nuestra pr<strong>of</strong>esión de fe, el Señor, que pesa<br />

nuestras acciones, nos ve como una imperfecta representación de Cristo. Nos dice que semejante<br />

situación no nos permite glorificarlo a él.<br />

Entregar todo el ser a Dios es más que un simple compromiso. Significa que debemos vivir y andar por<br />

la fe, sin ánimo de confiar ni de glorificar nuestro propio yo, sino mirando a Jesús, nuestro Abogado,<br />

Autor y Consumador de la fe. El Espíritu Santo desea obrar en el corazón del contrito, pero nunca<br />

podrá hacer algo en los que se consideran importantes y justos. En su propia sabiduría piensan que<br />

podrían reformarse a sí mismos. El Espíritu de Dios puede obrar únicamente si el yo no se interpone.<br />

¿En qué reside nuestra dependencia? ¿Dónde está nuestra ayuda? La Palabra de Dios nos dice: "Más el<br />

Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y<br />

os recordará todo lo que yo os he dicho" (Juan 14: 26). El Espíritu Santo está listo para cooperar con el<br />

que está dispuesto a recibirlo y a ser enseñado por él. Todo los que se apoyan en la verdad y son<br />

santificados por intermedio de ella, están unidos a Cristo y en condiciones de representarlo en palabra<br />

y acción.- Manuscript Releases, t. 12, pp. 52, <strong>53.</strong>

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