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53. Recibireis Poder - Truth For the End of Time

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24 de octubre UNA CONEXIÓN PERMANENTE<br />

También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar. (Lucas 18:<br />

1).<br />

En ningún momento podemos prescindir de la asistencia de aquello que nos capacita para comenzar.<br />

Para nosotros las bendiciones recibidas bajo la lluvia temprana son necesarias hasta el fin. Sin<br />

embargo, ellas solas no serán suficientes. Por otra parte, mientras apreciamos la bendición de esta<br />

lluvia, no debemos perder de vista el hecho de que sin la lluvia tardía para que llene las espigas y<br />

madure el grano, la cosecha no estará lista para la hoz y el trabajo del sembrador habrá sido en vano.<br />

La gracia divina es necesaria al comienzo, a cada paso de nuestro avance, y sólo ella puede completar<br />

la obra.<br />

No hay lugar para el descanso en una actitud descuidada. No debemos olvidar nunca las advertencias<br />

de Cristo: "Velad y orad", "Velad, pues, en todo tiempo orando" (Luc. 21: 36). Una conexión<br />

permanente con el agente divino es esencial para nuestro progreso. Podemos haber tenido una medida<br />

del Espíritu de Dios, pero por la oración y la fe debemos buscar continuamente más del Espíritu. Si<br />

cesan nuestros esfuerzos, no lograremos nada. Si no avanzamos, y si no nos ponemos en una actitud de<br />

recibir tanto la lluvia temprana como la tardía, perderemos la salvación, y la responsabilidad será<br />

nuestra.<br />

"Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía" (Zac. 10: 1). No descansen satisfechos de que en el<br />

transcurso común de las estaciones la lluvia caerá. Pídanla. El crecimiento y la maduración de la<br />

semilla no descansa sobre el agricultor. Sólo Dios puede hacer madurar la cosecha. Pero se requiere la<br />

cooperación del hombre. La obra de Dios demanda de nosotros la acción de la mente y el ejercicio de<br />

nuestra fe. Debemos buscar sus favores de todo corazón para que las lluvias de gracia caigan sobre<br />

nosotros.<br />

Deberíamos aprovechar cada oportunidad de ponernos en el cauce de las bendiciones. Cristo dijo:<br />

"Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mat. 18: 20 ). Las<br />

convocaciones de la iglesia, ya sea en las reuniones campestres, las asambleas y toda ocasión donde<br />

hay alguna actividad en favor de otros, son las oportunidades designadas por Dios para dar la lluvia<br />

temprana y la lluvia tardía.- Review and Herald, 2 de marzo de 1897.

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