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53. Recibireis Poder - Truth For the End of Time

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30 de diciembre HEREDEROS DEL REY<br />

El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. (Apocalipsis 21: 7).<br />

No nos desanimemos; no temamos. Aunque soportemos tentaciones y seamos acosados por el astuto<br />

enemigo, si tenemos el temor de Dios, ángeles poderosos serán enviados para ayudarnos, y podremos<br />

ser más que contrincantes para los poderes de las tinieblas. Jesús vive. El murió para proveer una vía<br />

de escape para la raza caída, y vive hoy para interceder por nosotros y para que podamos ser exaltados<br />

a una posición destacada junto a él. Nuestra esperanza está en Dios. El mundo está desplazándose por<br />

el camino ancho; y mientras transitemos por la senda angosta, tendremos que luchar contra principados<br />

y potestades y deberemos enfrentar la oposición de sus enemigos. Recordemos que se ha hecho<br />

provisión para nosotros. La ayuda está en Aquel que es poderoso, y mediante él podemos vencer.<br />

"Salgan de entre ellos y sepárense", dice Dios Todopoderoso, "y yo los recibiré, y serán mis hijos e<br />

hijas" ¡Qué promesa maravillosa! Gracias a ella llegaremos a ser miembros de la familia real,<br />

herederos del reino celestial. Si una persona es honrada por alguno de los monarcas de la tierra, o llega<br />

a relacionarse con ellos, aparece en los periódicos del día siguiente y despierta la envidia de los que no<br />

se consideran tan afortunados. Pero aquí hay Uno que es rey sobre todo, el monarca del universo, el<br />

originador de toda cosa buena. El nos dice: "Yo los haré mis hijos y mis hijas; los uniré a mí; se<br />

convertirán en miembros de la familia real e hijos el Rey celestial".<br />

Y Pablo nos recuerda: "Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda<br />

contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios" (2 Cor. 7: 1).<br />

¿Por qué no hacerlo teniendo tal aliciente, la oportunidad de convertirnos en hijos del Dios Altísimo y<br />

el privilegio de llamar Padre nuestro al Dios del cielo? -Review and Herald, 31 de mayo de 1870.

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