Crimen Pedido

42
151
Crimen Pedido
El “Esclavo de la tentación” ya empieza a tomar forma, Liar lo había
dejado envuelto en cal y forrado en gaza, amarrado a una base de hierro
dentro del molde, de rodillas con las manos atadas hacia atrás. Athina se
encargó de preparar la mezcla de mármol reconstituido y lo vertió por partes
como lo tenía previsto, le quitó el freno a la base del triángulo rectángulo
de 1,5 m de alto x 1,5 m de ancho y lo rodó hasta el otro extremo del taller,
donde tiene un secador de aire frío y caliente, procediendo a endurecer la
mezcla en este orden.
Durante las dos horas de secado, ella se encargó de dibujar el boceto
que iba a esculpir sobre la falsa roca, pues debía usar las herramientas
adecuadas para que la figura no se agrietara. Buscó el cincel con la punta
más fina que tenía y una lija eléctrica especial en forma de bola manejable
como la esponja, pues este era un trabajo de cirujano, por lo que debía
hacerse con sumo cuidado, como si se tratara de una obra antigua, ya que
el material es delicado.
Para Athina lo importante es que dos horas más tarde, después del
proceso de secado, el busto está definido y la roca continúa intacta, lo que la
anima a seguir con la parte inferior del cuerpo. Ya después se afincará con
los detalles, de momento sólo desea terminar de tallar las líneas principales
del esclavo para sentir que ha avanzado del todo en la obra.
Se quita la mascarilla y las gafas protectoras para recorrer la figura.
Camina haciendo un círculo alrededor de la misma y luego se dirige a la
terraza para respirar aire puro, se toma dos vasos de agua, pues se siente
un poco deshidratada. El timbre había sonado hace un rato pero ella no se
percató en lo más mínimo, sin embargo Liar había abierto la puerta y ahora
entraba en el taller.
—Veo que has avanzado lo suficiente como para tenerla lista
mañana.
—¡Eso espero! -Responde Athina desde la terraza.