13.05.2013 Views

estafa peru!

estafa peru!

estafa peru!

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Contra los mandarines<br />

Escribió con magistral precisión Alfonso Benavides Correa, en junio del 00 ,<br />

en prólogo al brillante libro del embajador e historiador Félix C. Calderón, Las<br />

veleidades autocráticas de Simón Bolívar: “La crítica, sin embargo, no será unánimente<br />

laudatoria. Las críticas se resienten de superficialidad, de carencia de<br />

fundamentación histórica y sociológica seria; no van al fondo en el examen de<br />

los problemas ni intentan revisión alguna de las cuestiones que realmente importan<br />

a la República; optando generalmente por el ominoso silencio. Esto ocurre<br />

no sólo en el Perú. Es el caso de Manuel Ugarte o el coraje civil. En su Historia<br />

de la Nación Latinoamericana anota Jorge Abelardo Ramos: “el irritado silencio<br />

que ha rodeado siempre a la figura de Ugarte no sólo es necesario atribuirlo al<br />

papel de “emigrado interior” del intelectual del 00 en las semi-colonias, sino al<br />

“leprosario político” en el que la oligarquía y sus amigos de la izquierda cipaya<br />

recluyen a los hombres de pensamiento nacional independiente.<br />

¿Será una trágica constante, al cabo de años de apostolado, de no evadir los<br />

temas esenciales del drama, luciendo el coraje de estar contra los mandarines,<br />

tener, sin prensa adicta, un atardecer escéptico por el silenciamiento”.<br />

¡Aquellos miedos, esos miedos de comunicación!<br />

El escritor, sí que lo es, con sus enormes contradicciones, yerros y aciertos,<br />

Mario Vargas Llosa, en su Diccionario del amante de América Latina y en artículo<br />

dedicado a Carlos Oquendo de Amat, sostuvo lo siguiente (cambie, eso sí,<br />

el lector, la palabra escritor y ponga periodista y entenderá mejor): “El escritor<br />

es el eterno aguafiestas…. Es verdad que no todos nuestros escritores han<br />

sido probados al extremo de Oquendo de Amat; algunos consiguieron vencer la<br />

hostilidad, la indiferencia, el menosprecio de nuestros países por la literatura, y<br />

escribieron, publicaron y hasta fueron leídos. Es verdad que no todos pudieron<br />

ser matados de hambre, de olvido o de ridículo. Pero esos afortunados constituyen<br />

la excepción. Como regla general, el escritor latinoamericano ha vivido y<br />

escrito en condiciones excepcionalmente difíciles, porque nuestras sociedades<br />

habían notado un frío, casi perfecto mecanismo para desalentar y matar en<br />

él la vocación. Esa vocación, además de hermosa, es absorbente y tiránica,<br />

y reclama de sus adeptos una entrega total. ¿Cómo hubieran podido hacer<br />

de la literatura un destino excluyente, una miltancia, quienes vivían rodeados<br />

de gentes que, en su mayoría, no sabían leer o no podían comprar libros, y<br />

en su minoría, no les daba la gana de leer? Sin editores, sin lectores, sin un<br />

ambiente cultural que lo azuzara y exigiera, el escritor latinoamericano ha sido

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!